Tegucigalpa, Honduras.- En la solemnidad de María, Madre de Dios, este 01 de enero, la Iglesia Católica de Honduras clamó por un 2023 lleno de Dios y llamó a una renovación de vida profunda.
Así lo expresó Carlos Magno, rector de la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa durante la homilía de este domingo en Tegucigalpa.
«¿Dios está en la lista de nuestras prioridades? Que este año que hoy comenzamos hagamos un camino interior a ese Dios que se ha manifestado en Jesús y que llena de sentido y esperanza nuestra vida», comenzó diciendo el clérigo.
Seguidamente, apuntó que «el año nuevo que hoy comenzamos es una llamada a renovar nuestra vida, por eso, necesitamos comenzar el año con un deseo de renovación profunda. El año nuevo es un tiempo de posibilidades nuevas, porque es un tiempo que se nos ofrece como gracia y salvación«, aseguró.
De igual forma, apuntó: «Hoy hemos venido a llenarnos de Dios, porque queremos vivir un año lleno de Dios, de su protección y de su auxilio», externó el religioso durante la celebración.
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Nombre de María
Así mismo, reflexionó que es necesario poder cumplir esta bendición de la mano de la Madre de Dios, quien quiso manifestarse a los hondureños bajo el nombre de María de Suyapa.
«Al igual que María está al lado de Jesús para cuidarlo y protegerlo, de igual manera está con nosotros», dijo.
«Que la Virgen de Suyapa escuche nuestras plegarias y nos lleve de la mano al Señor Jesús para que esta bendición la podamos cumplir a lo largo de este año recién comenzado», enfatizó.
La celebración litúrgica de este domingo en solemnidad de María, Madre de Dios, cierra la llamada Octava de Navidad, en otras palabras, culmina los ochos días de festejos por el nacimiento del Niño Jesús.
Sin embargo, no significa que ya terminó la Navidad, porque para la Iglesia esta concluye con la celebración del bautismo de Jesús.
La Iglesia generalmente celebra el bautismo del Señor el domingo, después del 6 de enero. Por lo tanto, en 2023 corresponde al domingo 8 de enero.
Sociedad fragilizada
«Todos aspiramos a vivir en paz, pero actualmente en nuestro mundo no hay paz. El nacimiento de Jesús es la inauguración de un tiempo de paz, pero el mundo sigue amenazado por la violencia y nuestra sociedad está fragilizada. Recordemos que el año 2022 ha estado todavía marcado por una gran pandemia, particularmente en países empobrecidos, y también un año marcado por la violencia y muerte en tantas guerras como la dramática guerra de Ucrania que continúa presente en nuestro mundo», señaló.
Finalmente, en esta fiesta de la Paz, pidieron perdón por tantas guerras, tanta agresividad, tanta violencia que enfrentan a los pueblos y también las que llevamos en el corazón.
«Necesitamos comenzar este año, una vez más, desarmando nuestro propio corazón de toda hostilidad y buscando caminos de paz para nuestro mundo. Solo Dios es capaz de desarmar el corazón humano de los mecanismos irrefrenables de la violencia absurda», concluyó.