SAN PEDRO SULA, HONDURAS. El paso de los fenómenos tropicales Eta e Iota dejó en el país un desastre, que hasta ahora se sigue evidenciando en tramos y zonas que aún continúan inundadas, pese a que todavía están trabajando en su recuperación.
Los ciclones pasaron, pero en su recorrido por el territorio hondureño provocaron que mucha infraestructura se debilitara. Algunas regiones que quedaron sumamente afectadas, ahora tienen que revivir la pesadilla de las inundaciones.
La saturación de los suelos ha hecho que en algunas zonas que ya se habían recuperado, sigan dándose problemas similares a cuando los fenómenos impactaron de lleno en el país.
Ahora, lo más importante es reconocer tanto los riesgos como las medidas que se deben tener en estos lugares, para saber si en efecto se podrían declarar zonas irrecuperables.
Lea también: Honduras: frente frío dejó más de 350 personas afectadas por inundaciones
Diario TIEMPO Digital contactó al máster Maynor Ruíz, de la Unidad de Geología y Geofísica del Instituto Hondureño de Ciencias de la Tierra (IHCIT), quien explicó un panorama más amplio acerca de la situación que se vive en estos sitios.
El experto señaló que lo ocurrido es que los fenómenos tropicales Eta e Iota, saturaron los suelos que conformaban las zonas. Por otra parte, detalló que aunque existe un proceso de evaporación que drena lentamente, con poca lluvia se vuelven a llenar los poros del suelo y lo hacen muy pesado.
«Básicamente el proceso que generan los movimientos en masa o los deslizamientos, es el peso del material. Mientras mas tiempo esté saturado de agua, por mucho mayor tiempo será un material pesado», agregó.
Precipitaciones que debilitan infraestructura
El geólogo explicó que con ello, es mucho más fácil que se deslice la tierra, provocando la afectación en los lugares y que alcance hasta donde se encuentran las poblaciones.
Según reveló Ruíz, en el país hay otras zonas donde ya hubo afectaciones, en las que probablemente los movimientos en masa se centraron en un equilibrio, pero bastante frágil, mismas que al ocurrir precipitaciones activan la actividad como tal.
«Este proceso va a ser continuo mientras existan aportes de agua, incluso, si no hay lluvia. Si el agua no se drena del suelo, la actividad será persistente», externó.
Además, el experto acotó que solo queda evaluar las zonas y establecer el detonante que origina que, a pesar que la lluvia hace pesado el material, vuelvan a ocurrir deslizamientos o inundaciones.
«Generalmente esto modifica al terreno, en la construcción de estructuras como carreteras o casas que no se cimentan en un material solido, y que fácilmente pueden moverse en los procesos de precipitación«, manifestó.
¿Zona irrecuperables?
El master Ruíz expresó que poder decretar a una zona como «irrecuperable«, requiere de estudios bastante profundos. Sin embargo, en términos generales, las zonas que ya son afectadas por movimiento en masa deberían declararse como zonas no habitables.
«De eso va a depender, de qué tanto impacto hayan tenido. En el Sistema de Riesgo se mide eso, en qué le afecta a la población, a la economía o infraestructura de una ciudad», determinó.
Igualmente, señaló que si se tienen zonas que históricamente han tenido problemas con estos fenómenos, no se debe permitir que se sigan poblando. Esto debido a que, cunado una casa se desliza o inunda, las personas vuelven a construir en el mismo lugar.
El entrevistado agregó que hay formas de analizar zonas irrecuperables con metodologías, no obstante, se siguen trabajando en ellas y apenas inician.
Según reveló, una de las metodologías que están creando es tratar de una manera fácil, determinar si las zonas son consideradas inhabitables, investigando qué tanto se debe invertir para considerar que el lugar no genere un riesgo para la población.
Ríos salen de su cauce
Otro tema son los ríos y el experto manifestó que estos tienen los cauces que básicamente son «la calle por la que transita el agua«. Pero, el ancho dependerá de la cantidad de afluente que pase por ahí.
«Lo que ha ocurrido es que mucha gente, no solo en Honduras, sino en otros países, es que toman las llanuras aluviales, que son realmente zonas en que el río se puede mover en función de la cantidad que esta pasando», incorporó.
Eso quiere decir que, cuando llega un nivel de agua mayor del que puede pasar por la calle que ha sido debilitada, el agua busca un lugar más amplio y dónde salir.
«Al salirse el agua de ese cauce que nosotros consideramos como tal, al no ser lo suficientemente grande, el agua invade esa llanura aluvial. Es ahí donde tenemos el problema de las inundaciones», adjuntó.
Otra detalle importante es cuando se solicitan los estudios para poder hacer «los retiros de seguridad». Ese requiere que si existe un río principal, debe alejarse del eje central unos 150 metros. Pero, si es una quebrada pequeña, solo debe alejarse 50 metros a cada lado.
Ruíz consideró que ahora evitar estas catástrofes, además de las autoridades reguladoras, también dependerá de la educación que tengan las personas. «Es difícil venir y decirle a la gente que no regrese a la zona que se inunda», dijo.
El gran problema que afecta a los pobladores, es que no existe una control en cuanto al ordenamiento territorial. Muchas veces se da porque la autoridades no se hace cumplir, finalizó el experto.
? Suscríbete gratis a más información en nuestro WhatsApp haciendo clic en el enlace: https://bit.ly/tiempodigitalhn