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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA. Wendy Aracely Ávila, ahora con 42 años, tenía apenas 11 años cuando un autobús de la ruta urbana la dejó lisiada de su pierna derecha, obligándola a pedir limosna debido a la incapacidad que tiene para trabajar.

«Estaba pequeña cuando un bus me atropelló rumbo a la escuela. Solo tenía 11 años, hoy tengo 42 años y la vida no ha sido fácil», dijo Wendy.

La mujer de 42 años pide limosna hace 31 años en los puentes; específicamente sobre el puente ubicado en el bulevar Suyapa, muy cercano al Hospital Escuela Universitario (HEU).

Al ser entrevistada por Diario Tiempo Digital relató que «con los que gano pidiendo limosna sólo puedo ayudarle a mi mamá». Agregó que con lo que gana, menos de 100 lempiras diarios, «no me queda nada, no gano mucho, apenas para vivir».

Bajo el sol y la lluvia

Para pedir la caridad de los capitalinos, Wendy inicia esta faena a las 6:00 a.m. en el puente sobre el bulevar Suyapa. Este paso está ubicado en los alrededores del centro hospitalario.

Las personas que a diario deambulan en ese sector son caritativas y otros no, contó.

«Aguanto sol y lluvia y súmele la indiferencia de las personas que solo critican. Creen que el dinero es para beber y no es así», aseguró. Mientras la entrevista se desarrollaba Wendy aprovechaba para pedirles a las personas que transitaban: «Deme un lempira».

Luego de varios minutos escuchando su petición de limosna a los transeúntes que deambulaban frente a ella, continuamos la entrevista. «Aquí estoy como sea para alimentar a mi hijo y pagarle el cuarto junto a mi mami», comentó la entrevistada.

Los costos de un alquiler de una casa junto a su familia es alto. «Son dos mil lempiras los que pago mensualmente y con lo que gano no me alcanza», lamentó.

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Accidente la dejó lisiada

La oportunidad de tener una vida normal le fue arrebatada parcialmente por un accidente que casi la deja lisiada de por vida. Todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. El pesado automóvil casi le corta la pierna.

Relató: «El autobús me agarró el tajo de la pierna y me dejó el hueso expuesto y me fracturó la cadera. Casi me deja inválida». También le dejó dos heridas en la cabeza que son visibles en el corte de cabello.

Sin contar más detalles del accidente, Wendy Ávila reveló siente dolor de cabeza frecuentemente debido el accidente. Para desplazarse tiene que realizar un esfuerzo sobrehumano. «Me duele mucho caminar, tengo que recargar mi peso en la pierna», dijo.

Mientras relataba la historia, una persona se acercó y se inclinó para depositar en su manos 10 lempiras. Otros capitalinos contribuían a la causa solidaria con billetes de 5 y hasta 20 lempiras.

Wendy Ávila: «Amo a mi hijo»

La familia, para Wendy, es lo mas importante. Su único hijo, Isacc Enrique Ávila, es la inspiración de su vida aseguró. «Mi hijo solo tiene 8 años Isacc Ávila, lo amo mucho», expresó la fémina.

Aprovechó para pedir apoyo al gobierno para tener una casa digna.

«Quiero que el gobierno me regale una casa y llevar a mi familia. La situación no es fácil. Quiero darle una educación a mi hijo pero no tengo», agregó Wendy. La luz del día comenzaba a marcharse. Se levantó y con un tono suave se despidió.

«Me voy, ya es tarde, gracias. Ojalá me ayuden con una casita para el pequeño», agregó Ávila. Acto seguido, se puso en pie con mucha dificultad y paso a paso se alejó.

Wendy Aracely, mientras caminaba con dificultad, se confundió entre la multitud de ciudadanos que transitaba por las calles.

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