SAN PEDRO SULA, HONDURAS. Los desastres provocados por el fenómeno climático Eta provocaron que muchos hondureños sin ponerse una capa, se volvieran en héroes, que hoy muchos reconocen.
Y para muchos cercanos a las labores de Emilson García, él entra en esa categoría. Incluso sus familiares lo llaman «mi pequeño héroe».
Lo anterior, comentó el bombero rescatista, es debido a su baja estatura, y gallardía para ayudar a los demás.
Emilson es un hondureño que tiene 28 años, y disfruta estar al servicio de los demás. Comentó que estuvo tres días rescatando personas durante las inundaciones de Eta.
En la conversación mencionó que sintió muchos malos olores, pero no quiso especificar a que se debían, ya que supuso que podían ser por animales muertos o incluso personas. Agregó que para él ser bombero ha sido un sueño, ya que desde 1998 él «los miraba pasar».
Externó que ver la gente llorando mientras pedían ayuda, lo marcó, y mencionó que un 95 por ciento de los que andaban rescatando personas eran voluntarios.
Al ser consultado a qué se dedica, externó que es empleado de una empresa que se encarga de hacer entrega de productos. Dice que él siempre trata de servirle a las personas.
Su equipo de rescate lo conformaban tres personas, y cabe mencionar que tiene casi 18 años de trabajar como voluntario en esas labores, dijo en la entrevista entablada con Diario Tiempo Digital.
Relato compartido
Esta historia fue narrada por el bombero rescatista y voluntario, Emilson García.
Él compartió que la madre exteriorizó lo siguiente: «Hija, te dije que en tu cumpleaños te iba a traer en lancha, te lo cumplí», le expresó la madre a la niña que tenía unos 4-5 años, según lo divulgado por el relator.
A esta familia la encontraron en Cerrito Lindo, lugar que se ubica en el departamento de Cortés. Dijo que «la niña andaba dos trencitas», y usaba una camisa gris. También comentó que llevaba unas «chancletas».
Contó que antes de rescatar a esa familia, encontraron un paquete de «bombas» flotando en las calles inundadas. Sin saber que las usarían, las guardaron. Entonces, cuando escucharon que la niña estaba cumpliendo años, el rescatista relator dijo: «Mire, aquí hay bombas», y las inflaron, con la intención de celebrarle a la niña.
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Compañero de rescate
José Padilla es un hondureño, que tiene 36 años, y es cabo de bomberos de la estación de Calpules. Al ser consultado acerca de la cantidad de personas que rescataron, explicó que no llevaban un registro exacto, pero sí divulgó que la cifra debe andar rondando por 600.
Dijo que la emergencia comenzó para ellos el miércoles 4 de noviembre, porque estaba lloviendo de forma constante.
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