Las telenovelas clásicas son clásicas porque tienen montones de estereotipos que son fácilmente identificables. Mala muy mala y sobremaquillada, buena muy tonta y casi sosa, que le habla sola a la Virgencita o a la estatua del santo en cuestión.
Pero más allá de todos estos clichés, hay escenas que ahora son clásicos «kitsch» por su mal gusto, truculencia e inverosimilitud. Gritos, situaciones irreales… todo las ha hecho bastante populares en las redes. Y aquí están:
1. «Yo soy la Dueña»
Esta escena protagonizada por la ahora Primera Dama mexicana Angélica Rivera, precisamente en la novela «La Dueña», no solo sirvió para criticar su Casa Blanca sino para darse cuenta hasta dónde puede llegar una mala copia de «Lo que el viento se llevó». Los gritos. Que se embarre hasta más no poder. Nada de eso disimula una mala actuación.
2. La manía de «Marimar» de tomar las cosas en el barro
Hay un cierto fetiche en las telenovelas clásicas con el barro. ¿O cómo se explicaría que en «Marimar» la villana, Angélica, obligue a la pobre ingenua a recoger su joya? Y luego esta, ya una mujer rica, obliga a Angélica a hacer la misma cosa con las escrituras de su casa. Eso ni en los concursos de la telebasura japonesa.
3. Los puentes de vidrio en «Rubí»
En esta novela las arpías terminan cayendo desde alturas considerables y se hacen mucho daño. Cosa que pasa con Rubí al final. Y también con Sonia, rival de Rubí, quien pelea con ella sobre un puente de vidrio. Pero, ¿a quién se le ocurre construir un puente así? Impagable la pobre mujer «ida» que las saluda mientras ellas están en plena «pelea de gatas».
4. Estudiar fotografía es obra del Diablo
En «Dos Hogares» el hijo revela a sus angustiados padres que se ha cambiado de carrera y ha decidido ser un millennial muerto de hambre más, ya que sigue su verdadera pasión y estudia fotografía. Claro, mientras se convierte en el próximo Mario Testino, sus padres no entienden cómo alguien puede estudiar fotografía. Impagable cuando el padre le dice: «es que no necesitas estudiarlo en una escuela».
5. «Maldita peluquera»
En «Valeria» el guión es mejor que el de «Breaking Bad»: «Yo te odio». «No, yo te odio más». «No, yo te odio más». Y luego sigue el peor insulto: «Maldita peluquera». Posteriormente, en una escena que Quentin Tarantino debió meter en «Kill Bill», una de ellas se convierte en una de las integrantes del Escuadrón de Víboras Asesinas, hace una cabriola y todo termina estúpidamente.
6. Don´t mess with Maria Mercedes
Malvina del Olmo lo intentó: se quiso meter con Maria Mercedes y resultó apaleada. Esta, en su rabia clasista, le dice a la ingenua pero impulsiva jovencita interpretada por Thalia que el hijo que espera es de otro. Lo mejor es cómo la enfrenta María Mercedes (y su singular dialecto) y la paliza que le da, tanto que espanta al mayordomo.
5. «Maldita peluquera»
En «Valeria» el guión es mejor que el de «Breaking Bad»: «Yo te odio». «No, yo te odio más». «No, yo te odio más». Y luego sigue el peor insulto: «Maldita peluquera». Posteriormente, en una escena que Quentin Tarantino debió meter en «Kill Bill», una de ellas se convierte en una de las integrantes del Escuadrón de Víboras Asesinas, hace una cabriola y todo termina estúpidamente.
6. Don´t mess with Maria Mercedes
Malvina del Olmo lo intentó: se quiso meter con Maria Mercedes y resultó apaleada. Esta, en su rabia clasista, le dice a la ingenua pero impulsiva jovencita interpretada por Thalia que el hijo que espera es de otro. Lo mejor es cómo la enfrenta María Mercedes (y su singular dialecto) y la paliza que le da, tanto que espanta al mayordomo.
7. «Maldita Lisiada»
No necesita presentación. Un clásico por excelencia y esta es la hora en que muchos se preguntan cómo es que Soraya Montenegro tiene la fuerza suficiente como para derribar de una cachetada a «Nandito», un joven de 17 años que fácilmente hubiera podido controlarla. En fin.