REDACCIÓN. Un terremoto de 7,2 puntos de magnitud sacudió Haití el sábado. Fallecieron más de mil 300 personas y se estima que unas 5 mil 700 resultaron heridas. Las historias de los sobrevivientes son desgarradoras.
Escombros y polvo, eso es todo lo que ha quedado en los hogares de miles de haitianos. Así fue el caso de Marcel François, un hombre de 30 años que sufrió el derrumbe de su vivienda. Sobrevivió, pero quedó atrapado bajo los escombros de su propia casa.
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Intentaron salvarlo
Su hermano Job François tuvo más suerte, cuando el terremoto sacudió la zona, se encontraba a bordo de un autobús. Consiguió contactar a Marcel a través del teléfono, pero el panorama helaba la sangre. Me dijo: «Ven a salvarme, estoy bajo el cemento», contó Job.
Job corrió a la casa de su hermano. Durante tres horas trabajó con los vecinos para rescatar a Marcel de los escombros. Era una tarea dura y peligrosa. Ellos no tenían más herramientas que sus manos, ni más entrenamiento en rescates que la voluntad y la desesperación.
Él tuvo suerte. Job y los vecinos siguieron trabajando, y pudieron encontrar a la pequeña Ruth un poco más tarde. Ella también había sobrevivido, pero otros no fueron tan afortunados.
Marcel y Job tenían una inquilina de 27 años, que vivía en la planta baja. Ella falleció, pero al momento de hablar con los periodistas todavía no habían podido recuperar su cuerpo.
La situación continúa siendo muy compleja, a la tragedia natural se suman problemas derivados de la inestabilidad que siguió al reciente magnicidio. Además, faltan recursos de toda índole; en la zona más afectada no hay medicamentos y personal médico.
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