DE MUJERES. Si pudiéramos asomarnos a cualquier armario seguro que encontraríamos, al menos, uno de estos diseños; surgieron como una tendencia más y han terminado convertidos en clásicos.
Estos vestidos nunca pasan de moda y, a pesar de que el adjetivo «icónico» pueda resultar poco revelador al usarse muchas veces de manera indiscriminada, sin duda estos 7 diseños son tan emblemáticos que, si pudiéramos asomarnos a cualquier armario encontraríamos, al menos, uno de ellos.
A continuación, te mostraremos los siete vestidos con historia que «nunca pasan de moda»:
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Escote cruzado
Popularizado por la diseñadora Diane Von Fürstenberg en 1973, el vestido de escote cruzado, también conocido como vestido wrap o envolvente, se ha impuesto en el armario hasta el día de hoy.
Quizá su buena acogida tenga que ver con que favorece a todo tipo de cuerpos. Incorpora un escote en pico que cruza el pecho para anudarse en un lateral, a veces con nudos discretos y otras con lazadas más llamativas.
Si bien fue Diane Von Fürstenberg quien convirtió esta prenda en un básico de fondo de armario, la legendaria Elsa Schiapparelli ya había presentado el vestido cruzado en la década de 1930.
En los años cuarenta, la modista estadounidense Claire McCardell versionó el wrap dress con el llamado vestido Popover.
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Baby doll
El maestro Cristóbal Balenciaga se atrevió a finales de los cincuenta con esta silueta en forma de trapecio, si bien hay quien atribuye su creación a la diseñadora americana de lencería Sylvia Pedlar, quien creó un camisón con este tipo de corte a comienzos de los años cuarenta.
Desde entonces, se ha convertido en una silueta recurrente y ha ido evolucionando conforme a las novedades que imperan cada temporada.
En la actualidad, es fácil encontrar la versión renovada del vestido baby doll, con toques de tendencia a través de mangas de farol y volantes.
Su nombre se debe a la película Baby Doll, de Elia Kazan, donde la protagonista Caroll Baker aparece vestida con este diseño de silueta trapecio.
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Camisero
Su nombre da una pista clara, la estética sencilla de estas propuestas atemporales recuerda a la de cualquier camisa de fondo de armario.
Su origen se remonta a los años 20 del pasado siglo, cuando se popularizó su uso, aunque ya formaba parte del guardarropa con el nombre de chemise, una prenda de ropa interior, desde finales del siglo XIX.
El diseñador Roy Halston, figura sobre la que Netflix acaba de estrenar un biopic, consiguió despertar un interés renovado hacia esta prenda en los años setenta con sus sofisticados diseños, camiseros confeccionados en ultrasuede. Una prenda que conquistó a la mismísima Babe Paley, musa eterna de estilo.
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Lencero
Surgió como una prenda de ropa interior que se lucía debajo del vestido principal pero en la década de los noventa este cómodo diseño dio el paso a los looks de calle.
El archiconocido vestido lencero de acabado satinado fue todo un símbolo del minimalismo noventero, gracias a diseñadores como Calvin Klein y tops de Kate Moss, una de las abanderadas más famosas del slip dress.
Confeccionado en materiales livianos como la seda, esta clase de propuestas suele presentar una estética minimalista muy depurada, con tirantes finos y sin detalles extra.
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Evasé
El nombre evasé, proviene del francés y se podría traducir como «acampanado».
Este vestido se ciñe en el talle y amplía su silueta en la zona de la falda, con forma de A. Se trata de un corte que disimula las caderas y destaca la cintura.
La actriz Marilyn Monroe se rindió a este diseño con aquel emblemático vestido blanco de la película de 1955 «La tentación vive arriba», una de las prendas más icónicas de la historia del cine.
Forma parte de las siluetas más típicas aunque ahora su uso no está tan generalizado como, por ejemplo, el vestido cruzado o los diseños camiseros.
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Bodycon
Azzedine Alaïa subió a la pasarela en los años 80 varios vestidos «segunda piel» que destacaban al máximo las curvas femeninas.
No obstante, fue el diseñador Hervé Peugnet, fundador de Hervé Léger, quien convirtió el vestido ajustado en objeto de deseo con su célebre vestido «bandage», un modelo ceñido al cuerpo pensado para esculpir la figura de la mujer.
Estos diseños ajustados fueron muy populares en los noventa y nunca han llegado a irse del armario, siendo unas de las prendas fetiche de celebridades como Kim Kardashian.
El vestido «bodycon» (body conscious) es para las mujeres conscientes y amantes de su cuerpo, sea como sea su silueta.
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Boho
El aire setentero de los vestidos boho –al día de hoy muy presentes en firmas como Zimmermann, Etro o Isabel Marant- se refleja en la silueta relajada y las mangas abullonadas de una prenda que normalmente recupera estampados propios de aquellos años, como el paisley.
Muchos diseños incorporan un corte en la cintura o directamente un cinturón, mientras que otros explotan ese aire desenfadado con hechuras holgadas y fluidas.
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