La vida saludable se asocia más con la actividad física y con la alimentación con frutas y verduras generalmente. A veces no se tiene en cuenta que las personas pasan hasta el 90 % de su vida en ambientes interiores y respirar un aire de buena calidad también es clave para evitar enfermedades.
Como el coronavirus que causa la enfermedad COVID-19 se transmite por el aire como vía principal, los espacios cerrados, como las escuelas y los lugares de trabajo, están pasando a ser el foco de atención de los gobiernos. Saben que los cambios para cuidar la calidad del aire interior servirá para controlar al SARS-CoV-2 porque aún hay riesgo de más olas y para eventuales futuras pandemias.
El derecho a respirar un aire interno más limpio y libre de patógenos como el coronavirus fue el centro de la primera cumbre en la Casa Blanca de los Estados Unidos días atrás. “Además de las vacunas contra el COVID-19 actualizadas y los tratamientos para salvar vidas, la mejora de la calidad del aire interior de los edificios que utilizamos a diario es una parte esencial del plan de la Administración Biden para gestionar el COVID-19 este otoño e invierno”, se anunció en un comunicado oficial.
El Presidente Joe Biden hizo un llamado a los líderes empresariales y a los directivos de las escuelas, para que tomen medidas para mejorar la calidad del aire interior en sus edificios como una forma clave de mitigar la propagación del COVID-19.
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El plan de Biden incluye un desafío para los constructores y dueños de edificios que deberían seguir recomendaciones específicas de la Agencia de Protección Ambiental, como instalar monitores de dióxido de carbono que permiten hacer un seguimiento constante del aire que se respira y saber si hace falta más ventilación. También el plan incluye la provisión de fondos para que las escuelas puedan adaptarse y mejorar la calidad del aire. El Departamento de Energía anunciará pronto los criterios con los que se reconocerá a las escuelas que realmente hagan mejoras.
En la cumbre de la Casa Blanca expuso el doctor Joseph Allen, director del programa de Edificios Saludables de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard. Defendió que los edificios deben ser la primera línea de defensa para reducir la propagación de virus: “Los argumentos a favor de la transmisión por el aire son irrefutables. Casi todos los contagios en interiores se producen en espacios poco ventilados”, dijo.
De acuerdo con el doctor Allen, hay cuatro estrategias básicas: poner a punto el edificio, maximizar la ventilación exterior, mejorar la filtración e instalar limpiadores de aire. El control de la calidad del aire debería convertirse en la nueva norma en todos los edificios. Además de los Estados Unidos, otros países están actualizando sus normas con respecto a la calidad del aire interno.