Tegucigalpa, Honduras.- Víctor Rodríguez, ebanista, de 50 años de edad, es un migrante venezolano que junto a otros tres miembros de su familia transita por el territorio hondureño con el objetivo de llegar a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida.
Durante su travesía, este grupo personas enfrentaron constantes peligros, abusos y dificultades que convirtieron su sueño en una verdadera pesadilla.
Don Víctor, su hija y dos parientes cercanos a ellos decidieron abandonar Venezuela para emprender el duro camino.
Según relató de Rodríguez, él tenía una empresa donde fabricaba muebles de madera, pero debido a la crisis económica y la inseguridad en Venezuela tuvo que cerrar su negocio porque ya no tenían ni para comer.
«La gente que mandaba hacer una puerta ya no comía, eso me obligó a emprender el camino porque allá el sueldo es tres dólares, no soporté más», dijo.
Para llegar a Honduras, los migrantes venezolanos recorrieron cuatro países (Colombia, Panamá, Costa Rica y Nicaragua) donde atravesaron selvas, cruzaron ríos y fueron víctimas de grupos criminales que los extorsionaron constantemente.
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Un verdadero infierno
Don Víctor evidenció que pasar la región del Darién (que es la selva del cruce de Colombia a Panamá) «es un verdadero infierno porque ahí muere mucha gente».
«El que no se pone las pilas se cae por los riscos y se mata, por ahí pasan miles de personas, yo pensé que me iba a morir, traía a mi hija montada, estaba cansado pero seguí y seguí hasta que me desplomé, gracias a Dios superamos esa parte que son como 50 ríos, duramos cinco días en la selva caminando rápido, vi como tres niños murieron ahogados», relató el venezolano.
Don Víctor actualmente se mantiene junto a su familia en un albergue que habilitó el movimiento «Iglesia en las Calles» en la colonia Villa Nueva, en Tegucigalpa. Ahí, él, junto a otros de sus compatriotas, sirven como colaboradores en el acondicionamiento del refugio que sirve a otros migrantes.
Dejaron sus sueños atrás
Pese a que su esposa es licenciada en Educación, el extranjero aseguró que debieron partir de su país dejando todos sus sueños atrás para buscar una mejor vida en EUA.
«Salimos de la casa, viajamos a Necloquí, Colombia, nos montamos a unas lanchas y caímos al municipio fronterizo de Acandí. Después tuvimos que viajar por la selva para llegar a Panamá y allí tuvimos que pagar mucho dinero. Ese es el pasaje más caro y a pie que tuvimos que pagar», aseveró el migrante.
El venezolano y su familia salieron el 22 de septiembre del presente año, emprendieron el viaje con 2,400 dólares en su bolsa, ese dinero a duras penas les ajustó para llegar a tierras catrachas donde se mantienen varados y solicitando ayuda económica para continuar su marcha a suelo norteamericano.
«Estábamos en Costa Rica cuando escuchamos que ya no iba a pasar más gente en Guatemala y México. Es por eso que llegamos aquí y aquí nos quedaremos hasta que la marea baje un poco, luego seguiremos nuestro camino», dijo el entrevistado.
Al igual que Víctor Rodríguez miles de migrantes son víctimas de personas de mal corazón que se aprovechan de su vulnerabilidad.
Esa situación quedó evidenciada con las múltiples denuncias que existen en contra de los mismos miembros de la Policía Nacional quienes les hacen cobros ilegales para dejarlos continuar con su viaje.
A esas malas acciones se suman personas ligadas al sector transporte quienes les piden a los migrantes exageradas cantidades de dinero para trasladarlos de un lugar a otro.
Muertes de migrantes en Honduras
En las últimas semanas más de seis venezolanos perdieron la vida en suelo catracho en diferentes circunstancias. Las primeras víctimas se registraron cuando un grupo de extranjeros intentó cruzar el río Guayambre en el Valle de Jamastrán en un pipante.
Debido a las lluvias que azotaban al país en ese momento, el fluvial estaba crecido y por el sobrepeso que llevaba la pequeña embarcación la misma naufragó dejando como resultados tres personas muertas, entre ellas un niño de origen brasileño de a penas dos años de edad.
Días después se registró un accidente de tránsito donde cuatro migrantes venezolanos perdieron la vida en un sector montañoso de Trojes, El Paraíso.
Posteriormente, dos extranjeros más murieron de forma violenta cuando desconocidos los atacaron a disparos en un negocio de venta de comidas donde trabajaban temporalmente en la comunidad de Corinto, Omoa, al norte del país.
Asimismo, un migrante venezolano fue asesinado y otro resultó herido mientras eran asaltados por delincuentes en la comunidad de El Soni, en el municipio de El Triunfo, Choluteca, zona sur de Honduras.
Según la información preliminar, los hombres transitaban en el sector cuando fueron sorprendidos por malhechores, quienes supuestamente tenían la intención de despojarles de las pertenencias que llevaban en su travesía a Estados Unidos.
Esperanza
A pesar de esos hechos lamentables en el país, hay personas que todavía creen en el buen corazón de los hondureños.
Tal es el caso de Ángelo Parra, de 34 años de edad, también migrante venezolano que se mantiene en el albergue antes mencionado. Él contó que cuando salió de su país, la mayoría de personas le advirtieron sobre Honduras porque la situación era peligrosa, sin embargo, para su fortuna eso no resultó así.
«Una vez que pasé Panamá es una especie de extorsión la que se vive porque son grandes cantidades de dinero las que piden. En Nicaragua la cosa es peor porque todo es dinero y te estafan. Cuando llegamos a Honduras fue como que salió el sol otra vez porque la gente nos ayuda bastante», aseveró el suramericano.
Ángelo trabajaba como perforador de pozos petroleros en la compañía Petróleos de Venezuela (PDVSA) y es originario del Estado Zulia, uno de los veintitrés estados venezolanos y que se ubica al noroeste, limitando al norte con el Mar Caribe.
El migrante contó que para emprender su «sueño americano», tuvo que abandonar a su esposa y sus tres hijos. No obstante, dijo que constantemente mantiene comunicación vía telefónica con ellos.
«Con paciencia y calma esperamos lograr el objetivo. Regresar a Venezuela no es una opción porque es un Estado fallido. Nuestro país está sumergido en la extorsión y robo del mismo gobierno. Mis aspiraciones es trabajar en EEUU y prefiero a Honduras que Venezuela», afirmó.
Salvoconducto
Así como Ángelo, don Víctor y la muchos migrantes más, su permiso de salvoconducto para circular libremente por Honduras ya se les venció, por lo que pidieron a ayuda a las autoridades para que les extiendan un nuevo documento y así evitar que los retornen a su país.
«Ya que nos tocó estar en este país (Honduras) pedimos que nos apoyen con cualquier cosa para poder llegar a nuestro destino», finalizó.
Éxodo migrante
En 2019, 35 mil migrantes de diferentes nacionalidades ingresaron y transitaron de manera ilegal por Honduras, sin embargo, esa cantidad se triplicó en 2022 al registrarse más de 125 mil personas que llegaron al territorio hondureño por las diferentes fronteras, según datos que manejan organismos de derechos humanos.
En la actualidad, el país experimenta un masivo flujo de migrantes venezolanos que tratan de llegar a los Estados Unidos. A estas personas no les importa los riesgos que corren durante el trayecto hacia esa nación del norte.
Así lo evidencian los diferentes testimonios de miles de personas que a diario buscan alcanzar el tan anhelado sueño norteamericano.
El artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece, que toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio del Estado de su preferencia.
No obstante, esa realidad se ve distorsionada para los migrantes venezolanos quienes invaden las calles de las distintas ciudades hondureñas en busca de ayuda que les permita continuar con su viaje.
Las familias duermen en las aceras por la noche y en el día piden dinero con carteles en sus manos.
Crisis migratoria
Recientemente, el Comisionado de Derechos Humanos (CONADEH), aseguró que Honduras vive una crisis migratoria sin precedentes al registrar, entre enero y el 15 de octubre del 2022, el ingreso de 124,865 personas migrantes irregulares procedentes de Asia, África, del Caribe, Centro y Sudamérica.
Esa entidad, indicó que, del total de extranjeros irregulares que transitan por territorio hondureño, unos 44,315, que representan el 35%, son de nacionalidad venezolana.
Registros oficiales indican que del total de migrantes irregulares procedentes de Venezuela, unos 31,309 que representan el 71% ingresaron a territorio hondureño por Danlí, 10,288 (23%) por Trojes, ambos en el departamento de El Paraíso, el resto por Choluteca y otros lugares del país.
Engañaron a los migrantes
Itsmania Platero, defensora de derechos humanos, criticó que la crisis migratoria que se vive en Honduras es producto de las políticas excluyentes de México y USA.
Platero explicó que la semana pasada, después que intentaron ingresar 15 mil migrantes venezolanos a México, las autoridades de ese país junto a las de Guatemala y Honduras aprobaron dos reformas donde acordaron dar un trato humanitario y el respeto a los derechos humanos de la población venezolana.
Así mismo, dijo que el país azteca acordó darle el asilo político algunos venezolanos. No obstante, la realidad es otra porque la mayoría de personas las devuelven a los puntos fronterizos de Honduras.
«El problemas es que Honduras no los puede regresar a su país (Venezuela) porque tiene vigente el decreto de amnistía. Esa normativa incluye el apoyo humanitario para la población vulnerable», expuso la defensora.
«A razón de esas políticas aumentó el flujo, no solo de migrantes extranjeros sino de deportados. Los migrantes seguirán llegando y no va a parar porque la deportación se está dando desde EUA y México directo para Honduras», agregó.
Expulsiones expeditas
México estableció una prohibición en sus leyes que la persona que ingresó una vez a su territorio no puede volver a transitar por ese país.
En ese sentido, Platero precisó que están haciendo expulsiones expeditas de los migrantes. «El problema de esas expulsiones es que están tirando a la gente en cualquier lado. Por ejemplo, lo hacen en puntos de fronteras donde no tienen oportunidad de retornar», aseveró.
Consecuencias
Con el aumento del flujo migratorio, en Honduras también se incrementó la mendicidad, la pobreza así como la violencia entre esos grupos vulnerables.
«Hay una desprotección grande para la población en transito y que ingresa en el cruce Trojes, Jamastrán y Danlí. Tampoco hay opciones de Estados Unidos y México. Eso países dijeron que apoyarían a esa población con fondos en los países que esperaran pero no fue así. Está aumentando la violencia contra los migrantes y ahora con más saña y se multiplicó el delito de trata de personas», acotó Platero.
Agresión en Venezuela
Por su parte, el actual diputado hondureño, Bartolo Fuentes, estimó que en 2019 entraron casi 35 mil migrantes a Honduras y a esta fecha ya van 125 mil los transitaron por el país.
«Hay varios factores que influyen, el primero es la crisis en los países, el mismo Venezuela la población vive agresión de todo tipo pero fundamentalmente económica porque la estrategia de Estados Unidos es asfixiarlos para crear desesperación entre la gente y así huyan de sus países», cuestionó el congresista.
Apuntó que el gobierno norteamericano dijo que aceptaría 24 mil venezolanos que llegaran por avión afectando esa determinación a los migrantes más pobres.
En caso de Honduras, el parlamentario dijo que este año, entre México y EEUU, deportaron a más de 80 mil compatriotas.
«Como estado estamos obligados atenderlos y brindarles ayuda humanitaria. No se descarta que algunos migrantes venezolanos se queden aquí en el país si solicitan refugio», concluyó Bartolo Fuentes.
Mientras las autoridades hondureñas tratan de darse abasto para atender de forma humana a los miles de migrantes venezolanos que a diario llegan, ven partir a nuestros connacionales hacia el norte, mostrando su incapacidad para implementar políticas o apoyos que los retengan en el país y así evitar la pérdida de más vidas.