HONDURAS. Los migrantes de Venezuela que viajan de manera irregular hacia los Estados Unidos viven un martirio al atravesar Honduras y ahora enfrentan una nueva realidad que es perder la vida en el camino antes de alcanzar ese tan anhelado sueño americano.
La mañana de este lunes se reportó la muerte de un joven venezolano en la comunidad de Corinto, Omoa, sector fronterizo con el país de Guatemala.
Hasta el momento se desconoce la identidad del migrante y las condiciones en que se encontraba al momento de su muerte.
Según el informe de medios locales, el sueño americano del migrante terminó en un segundo tras sufrir un supuesto paro cardíaco. El hombre abandonó su país y a sus seres queridos con el objetivo de llegar a los EEUU.
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Crisis migratoria de venezolanos
Ante la cruel e inhumana travesía de los venezolanos por Honduras, el movimiento cristiano «Iglesia en las Calles», que integra un grupo de feligreses evangélicos, instaló un albergue en Tegucigalpa para poder dar techo, alimentación, atención médica y demás necesidades a los migrantes.
La idea surgió hace tan solo unas cuantas semanas y el grupo ya logró atender a más de 800 migrantes. La intención es poderles dar ayuda integral en su tan complicado camino por lograr el sueño americano.
Kenneth Rovelo, líder del movimiento, comentó a Diario TIEMPO que el albergue se instaló y comenzó a operar el pasado 29 de septiembre. Su ubicación está en la colonia Villa Nueva, en el sector 6, a 2 cuadras del puente que dirige a la colonia Honduras.
«Es un local donde hemos acondicionado un comedor, aulas vacías, un dormitorio, hemos tratado de conseguir las camas, colchonetas y ya hemos atendido varias personas, el grupo más grande ha sido de 120-180», puntualizó el joven.
Asimismo, indicó que la atención a los migrantes es diaria y se les brindan dos tiempos de comida, es decir su cena y desayuno, de manera gratuita.
¿Cómo funciona el albergue?
Kenneth Rovelo comentó que como organización a diario se mueven hasta la terminal de buses que se ubica en la salida a oriente, justo en el desvío al municipio de Tatumbla.
«Nosotros vamos a traer la gente en un camioncito. Son las personas que nos quepan, pero la prioridad es para los niños y las mujeres. Vamos, los traemos y los recibimos con la cena, luego les damos el espacio para que descansen», agregó.
Asimismo, en el lugar los migrantes pueden tomar un baño. En este punto Rovelo destacó que hay personas que llevan meses o semanas sin poder tener una rutina de aseo personal y sin cambiarse la ropa.
«Se les da ropa nueva, zapatos nuevos, también hemos tenido barberos que les cortan el pelo, hay servicio de enfermería y atención médica. Hay niños que vienen prendidos en fiebre, adultos enfermos con dolores, es algo bien grande lo que hemos estado haciendo», afirmó Kenneth.