REDACCIÓN. Tras la pandemia por COVID-19, las mascarillas han llegado para quedarse una buena temporada entre nosotros. Pero hay que tomar en cuenta que con ellas pueden aparecer una serie de problemas en la piel derivadas de su uso y del roce que provocan, en los que influye el calor y que pueden ser más o menos importantes en función del tipo de piel.
La farmacéutica Mónica Lizondo, explicó que «la piel no está acostumbrada a llevar la mascarilla tanto tiempo. Así que ésta tiene un efecto de roce en la nariz o en las mejillas, además de mantener unas condiciones de calor y de humedad que provoca que no haya una buena oxigenación en la zona».
Ese efecto oclusivo de la mascarilla que produce roce, el calor y la falta de oxigenación genera un efecto de agresión sobre el manto hidrolipídico (la capa superficial de la piel), que sirve de protección y de barrera y que está formada por grasas y agua.
El daño provocado por las mascarillas de todos los tipos, produce un exceso de sequedad que se traduce en una piel más reactiva, más sensible y que es más susceptible de presentar descamaciones, eccemas, irritaciones y alergias de forma rara e infecciones.
Mientras que en el caso de pieles mixtas o grasas, la agresión provoca que las glándulas pilosebáceas segreguen más sebo para proteger a la piel. También, hace que aparezcan rojeces, granitos o acné si se ha producido una sobreinfección.
Además, todas aquéllas personas que ya tengan una piel sensible o con enfermedades de base como el acné, la dermatitis seborréica o la rosácea, pueden sufrir un agravamiento.
Lea también: Los siete beneficios esenciales que aportan los tés a tu salud
¿Qué cuidados hay que realizar con el uso de las mascarillas?
Hay que mencionar que el uso de mascarillas es obligatorio, en lugares públicos. ¿Hay que limpiar más la piel al quitarla? ¿O acaso hay que hacerlo menos? ¿Y con qué productos?
Lizondo afirmó que es esencial limpiar la piel para contrarrestar la falta de oxigenación de la piel «sometida a ese aire viciado y a temperaturas muy elevadas» ¿Cuáles son los puntos claves? Realizar la limpieza de la piel, aplicar antioxidantes especialmente por la mañana e ingredientes regeneradores por la noche.
Para limpiar la piel es conveniente hacerlo con agentes muy suaves, con limpiadores no jabonosos, como agua micelar o con alguna loción. Después aumentar la hidratación con ingredientes calmantes, como podría ser el extracto de caléndula, e hidratantes en profundidad, como la alantoína, el pantenol, la urea, el ácido hialurónico.
De igual forma, conviene añadir por la noche regeneradores y cicatrizantes, como los extractos de centella asiática, o los serum con factores de crecimiento que se encargan de regenerar la piel, e incluso con aloe vera. Todo ello con el objetivo de mantener en forma el manto hidrolipídico..
El uso de la vitamina C por las mañanas y por las noches también se recomendaría dado su gran poder antioxidante y su acción contra los radicales libres. «La agresión sobre la piel, sobre todo si es muy seca, la sensiblizará aún más y la hará más vulnerable a los radicales radicales libres».
Nota para nuestros lectores:
Suscríbete gratis a más información sobre #COVID19 en nuestro WhatsApp haciendo clic en el enlace: https://bit.ly/tiempodigitalhn.