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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alertó ayer que más de 1,5 millones de niños hondureños están expuestos a los daños que provocaron las inundaciones que dejó la depresión tropical Eta en su paso por Honduras.

En una entrevista con EFE, Héctor Espinal, jefe de la unidad de Comunicaciones de la agencia de la ONU, dijo que más de 1,5 millones de niños son afectados en Honduras por los efectos de Eta y el cierre de los centros educativos debido a la propagación COVID-19.

De acuerdo con cifras oficiales, el cierre de los centros educativos por la COVID-19 generó que más de 850 mil niños hondureños no reciban clases.

Lo anterior, afectó principalmente a los del área rural porque no tienen un ordenador, ni internet, para llevar las clases a distancia y de manera virtual.

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Falta de clases presenciales es el impacto más grande

En ese sentido, Espinal dijo que la falta de clases presenciales es el «impacto más grande» a mediano y largo. Eso debido a que la presencia de los menores de edad en las aulas de clases «es vital» para su vida.

«Son niños y niñas que se marcharon de la escuela, han vuelto a su casa y ese entorno cambia dramáticamente la vida de los niños. A esa cantidad de niños (fuera) del sistema educativo, le estamos sumamos los 650 mil afectados directamente por Eta», explicó.

Según el funcionario de UNICEF, los 650 mil menores de edad afectados por Eta, que dejó destrucción y muerte en Centroamérica, pueden sufrir síntomas psicoafectivos porque son los que «más sufren en sus sentimientos”.

«Su recuperación es lenta y requiere de mucho profesionalismo y de estar con ellos, acompañarlos», enfatizó.

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UNICEF: Acceso a agua potable es vital para niñez hondureña

Sin embargo, en el contexto que Eta que causó estragos en Honduras, Espinal consideró que lo más importante «es salvar vidas».

Por otro lado, el jefe de Comunicaciones de UNICEF señaló que otro gran problema es la falta de acceso agua potable en las zonas afectadas por el fenómeno natural.

A su criterio, esa situación podría provocar que muchos niños enfermen y afecte su vida. «Es vital que nuestros niños y niñas tengan agua pura y segura para evitar enfermedades como la diarrea y otras que afectan la vida de la infancia”, aseguró.

En ese contexto, el personero puntualizó que es necesario que las autoridades provean el líquido en los albergues temporales que se habilitaron para los damnificados.

UNICEF también destacó la importancia de que las autoridades den una «pronta respuesta» que se oriente a que los menores de edad retornen al hogar con su familia y puedan «salir rápidamente» de los albergues temporales que habilitaron por Eta.

“Las autoridades deben proveer a las familias, especialmente a los niños, agua y saneamiento. También es importante garantizar la educación virtual y presencial de calidad y calidez, y el retorno a sus hogares”, puntualizó Espinal.

Según cifras de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras (MiAmbiente), el 70 % de los hondureños, unos 6,3 millones de personas, tiene acceso al agua, pero no toda es segura para el consumo.

Mientras que, el otro 30 %, unos 2,7 millones de personas, usa el líquido de fuentes superficiales. Lo anterior, quiere decir, que utilizan agua de ríos, quebradas o pozos subterráneos.


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