CORTÉS, HONDURAS. «¡Un año completo!», con esa corta frase Michell Sandoval recordó a su novio, Felipe Hernández, quien hace 12 meses fue ultimado cuando vendía almuerzos en el centro de la ciudad industrial, para entonces, recién comenzaba la pandemia del COVID-19.
Era 13 de abril de 2020. Hernández salió a buscar el sustento diario aprovechando que ese día le correspondía circular, según la calendarización de SINAGER, y para atraer a más clientes, en su Facebook anunció que estaba en el centro de San Pedro Sula con varios almuerzos todavía disponibles.
El toque de queda por la crisis sanitaria, la necesidad de racionar insumos, la falta de trabajo y dinero empujaron a Hernández a salir de su hogar y disponerse a vender comida.
El crimen
Poco después, un sujeto llegó a matarlo, y el crimen causó gran consternación entre los sampedranos. El responsable de su muerte, Yoryi Clisma Chavarría Gutiérrez, está preso en la cárcel de Támara desde el día 15 de ese mismo mes.
Según las investigaciones de la Policía, mientras la víctima estaba ubicada con su puesto de comida en la segunda avenida del barrio antes dicho, el acusado llegó con una botella quebrada y le infirió una grave herida en el cuello.
Al muchacho lo trasladaron de emergencia a un centro hospitalario, sin embargo, murió durante el trayecto. La razón exacta por la que Chavarría Gutiérrez se ensañó contra el joven todavía se desconoce.
Es así como, lamentablemente, en su búsqueda del sustento diario, en medido de una crisis epidemiológica, él murió. Para sepultarlo, sus familiares optaron por hacer colectas de dinero y así cubrir los gastos.
Así atraparon al responsable
Por su parte, según declaraciones de testigos, el agresor intentó huir, pero varios ciudadanos, junto a dos agentes de la Policía Nacional, lo persiguieron hasta lograr someterlo.
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