LA ESPERANZA, INTIBUCÁ, HONDURAS. Keyla Martínez, una joven de 26 años de edad, que salió a divertirse y divagarse tras una agotadora semana, y según testimonios fue capturada por «irrespetar el toque de queda», hecho que luego le costaría la vida, porque fue asfixiada en una oscura celda, revelaron los reportes.
Las redes sociales en Honduras «se inundan con los hashtags» #JusticiaParaKeylaMartínez y #NiUnaMenos, estos se han vuelto tendencia tras conocer el caso de la joven estudiante de enfermería.
Su muerte ha consternado a un buen sector del país, y ha logrado incluso sobrepasar las fronteras.
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¿Quién era Keyla?
De acuerdo con sus familiares y conocidos, Keyla Patricia Martínez, era una chica alegre, servicial y muy cristiana. No obstante, el «reporte policial» describe a la chica de una manera muy distinta.
La población señala que «no permitirán que el caso de Keyla quede impune». De igual manera, las organizaciones feministas y de derechos humanos argumentan que lucharán hasta esclarecer lo que pasó en realidad con Keyla.
La captura de ambos
Eran más o menos las 9:00 de la noche del sábado 6 de febrero, ese día Keyla viajaba dentro de un vehículo en compañía de un amigo, un médico. De acuerdo a las versiones de los allegados, ella viajó hasta su tierra natal a pasar un fin de semana con familia y amigos, y por motivos de estudios vivía en Tegucigalpa.
Keyla habría departido con algunos de sus conocidos en un restaurante de la localidad y luego se dirigía para su vivienda, ubicada a inmediaciones de la estación de buses del municipio de La Esperanza, departamento de Intibucá, occidente del país.
Esa noche imperaba en el país el toque de queda. Esa es una medida impuesta por las autoridades para el control de la circulación de la ciudadanía y así evitar los contagios del COVID-19, según lo informado.
¿Violentaron el toque de queda?
Las autoridades expresaron que, como ellos no regresaban de un turno, agentes de la Policía Nacional los aprehendieron. Estos afirmaron que la captura se llevó a cabo a las 11:40 de la noche, luego de recibir una denuncia.
La aprehensión de Keyla y su amigo médico, conforme a lo que explicaron las autoridades, se debió a «escándalo en la vía pública en estado de ebriedad e incumplimiento al toque de queda».
Extraña muerte, dentro de una celda
Pasaron casi tres horas luego de la detección de Keyla. Informaron que eran específicamente las 2:55 de la madrugada del domingo 7 de febrero.
El dictamen médico redactado a puño y letra en la sala de emergencias del Hospital Doctor Enrique Aguilar Cerrato, declaraba muerta a la jovencita. Eso desmintió que ella llegó «con signos vitales ausentes«.
Los cuestionamientos comenzaron a formarse en las mentes de sus seres queridos y en la población de La Esperanza. Una pregunta bastante puntual era: «¿Cómo pudo morir alguien que estaba bajo custodia policial dentro de una celda?».
Por esa razón la Policía Nacional «aclaró» el domingo, que «durante la ronda de supervisión de las celdas los agentes la descubrieron intentando quitarse la vida, mediante asfixia por suspensión, por lo que de inmediato fue trasladada al Hospital Enrique Aguilar Cerrato, donde falleció».
Luego de la terrible noticia de su muerte, se conoció que a Keyla, cursante del último año de enfermería, no se le sometió a la prueba de alcoholemia.
Caso confuso, llevó a una gran indignación
Tan solo habían pasado unas cuantas horas, y el desconsuelo de su familia y la indignación de un país aparecieron. Conocidos de Keyla aseguraron que era una persona tranquila y que ella estaba formándose para salvar vidas.
Además, era alumna de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNAH y tuvo muchos conocidos. Las personas que la vieron crecer en La Esperanza sostuvieron que Keyla nunca habría atentado contra su vida.
La hermana de Keyla, Nancy Martínez, afirmó que a su hermana la mataron en la celda y que el crimen no quedará en la impunidad. A la vez cuestionó por qué no acudieron al médico que la acompañaba para que le brindara las atenciones de primeros auxilios luego de encontrarla «queriendo quitarse la vida».
Postura del hospital
El pasado lunes 8 de febrero, autoridades del Hospital Doctor Enrique Aguilar Cerrato emitieron un comunicado en donde contradicen la versión policial de que Keyla falleció tras ingresar al hospital.
En el escrito afirman que «fue realizada su valoración inicial por el equipo sanitario que cubría su turno en sala de emergencia y tras determinarse que a su llegada el cuerpo estaba sin vida, se notificó a Medicina Forense para su respectivo procedimiento de ley ante tales muertes».
El centro asistencial además detalló que Keyla Martínez colaboró para ellos como auxiliar de enfermería. Sus compañeros externaron sus muestras de pesar tras su repentino y extraño deceso.
Las protestas se extendieron el lunes por la capital hondureña, donde algunos estudiantes y docentes llegaron a la Facultad de Ciencias Médicas para mostrar su inconformidad.
Proceso de autopsia
La tarde del lunes 8 de febrero, el cuerpo de Keyla Martínez se encontraba a lo interno de la morgue capitalina. Ahí se conoció que la «autopsia había dado por concluida». Sin embargo, no se detallaron las fechas en las que se iban a revelar los resultados.
Allí mismo se supo que sus restos mortales serían entregados a sus familiares hasta que la madre que vive en España regresara a Honduras a darle el último adiós a su joven hija.
Casi al mismo tiempo en que se realizaban los exámenes forenses, en La Esperanza se ocurrían protestas frente a la estación policial donde vivió Keyla sus últimos minutos, sin embargo, estas fueron violentamente dispersadas por las autoridades.
Veredicto final
Los restos mortales de Keyla se trasladaron hasta su natal La Esperanza, Intibucá, acompañados de una masiva caravana de vehículos y motocicletas. En esa ciudad se tenían programadas una serie de actividades para honrar su memoria, sus restos fueron velados en la iglesia «Rey de Reyes», donde se congregaba desde hace años.