REDACCIÓN. Entre los afectados por la nueva medida, que impacta las llamadas visas H-1B, H-2B, J1 y L, están trabajadores tecnológicos altamente calificados, trabajadores estacionales no agrícolas y altos ejecutivos.
Sin embargo, los actuales poseedores de ese tipo de visas no deberían verse afectados por las restricciones anunciadas desde el lunes.
La Casa Blanca dijo que la medida creará empleos para los estadounidenses que se han visto afectados por la pandemia del COVID-19.
Pero sus críticos acusan a la administración Trump de aprovechar la pandemia del coronavirus para endurecer las leyes migratorias.
Medio millón de afectados por congelación de visas
En una sesión informativa para periodistas, funcionarios de la Casa Blanca estimaron que la congelación de visas hasta fin de año afectará a unas 525.000 personas.
Eso incluye a unas 170.000 personas afectadas por la extensión de la prohibición de las “tarjetas verdes”, mismas que otorgan permiso de residencia permanente.
Los críticos aseguran que ese tipo de visas han permitido que las compañías de Sillicon Valley reemplacen a trabajadores estadounidenses con empleados extranjeros peor pagados.
El año pasado se recibieron 225.000 solicitudes para 85.000 puestos disponibles bajo el programa de visas H-1B.
Numerosas visas H-2B para trabajadores estacionales, incluyendo a aquellos que trabajan en restaurantes y hoteles, también se verán afectadas por la orden presidencial.
No obstante, protege a los dedicados a labores agrícolas, los profesionales de la salud y empleados de procesadoras de alimentos.
La medida restringe además las visas J-1 para intercambios cortos, una categoría que incluye a estudiantes universitarios y niñeras au pair, pero ni profesores ni académicos se verán afectados por la misma.
También se suspendió la emisión de visas L para directivos y otros empleados clave de corporaciones multinacionales.
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Las reacciones
Según el alto funcionario que le explicó la medida a la prensa, la política migratoria busca garantizar que al país llegan “los mejores y los más brillantes” y obtener “el mayor valor para nuestra economía”.
“Esta es una medida audaz por parte de la administración Trump para proteger los empleos estadounidenses“, dijo por su parte Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración.
Pero a la nueva política se oponen muchas empresas que dependen de trabajadores extranjeros.
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