CORTÉS, HONDURAS. El cobro de extorsión o mal llamado «impuesto de guerra» no es un tema reciente, pues desde hace años flagela a comerciantes y al sector transporte.
Los transportistas de distintas rutas son amenazados por delincuentes, pero antes tenían mayores posibilidades de pagar, pues sólo daban dinero a una organización criminal, pero cada vez hay más bandas que los amedrentan.
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Recientemente varios delincuentes llegaron hasta el punto de la empresa Catisa y tirotearon algunos buses. También dejaron un celular, el cual usarían para estar en contacto con los transportistas.
Este generó mucha preocupación entre los hondureños, pues según denunciaron, con la pandemia la economía de los «buseros» colapsó.
Por otro lado, ahora ya son tres las estructuras criminales a las que los transportistas deben pagarles, de modo que el «negocio» de los conductores y ayudantes ya no es rentable.
¿Pueden darse soluciones?, ¿Cómo afrontar estos acontecimientos?, ¿Cerrarían las empresas de transporte? Estas son solo algunas preguntas que rondan en el aire.
Cierre de empresas de transporte
Para conocer un poco más, Diario TIEMPO se comunicó con una fuente, quien afirmó que, en efecto, la extorsión es una situación que viene desde hace años, pero que las circunstancias ahora son peores.
A su vez, dijo que las consecuencias podrían ser severas, como, por ejemplo, que las empresas que están paralizadas y amenazan con cerrar realmente lo hagan. «Porque nadie va a poder soportar una carga tan grande«, aludió.
El entrevistado, además, comentó que es necesario que las autoridades intervengan y garanticen seguridad a los transportistas. «Esto no es del nuevo gobierno, viene desde los otros. No ha habido una autoridad que ayude a menguar el problema», relató.
¿Se puede llegar a solucionar?
En cuanto a las medidas que se pueden adoptar, él aseveró que lo primero es que las autoridades nuevas sean personas que conozcan el caso directamente, no por información, sino que lo hayan vivido «en carne propia».
«Nadie más que un transportista puede saber el destino y saber lo que realmente está pasando aquí», relató.
La fuente recomendó que las autoridades deben hacer más énfasis en el transporte moderno, es decir, instalar cámaras de seguridad, GPS, y que ya no se tenga que pagar con dinero en efectivo, sino que de manera electrónica.
Pero, además del cobro de extorsión, existen otros mil y un problemas en el sector transporte. Por ejemplo, se han legalizado muchas rutas y «ahora y no cabemos».
No solo uno, sino que hasta tres pagos
TIEMPO Digital conversó también con un transportista que expresó que quienes pagan las cuotas del cobro de extorsión son los mismos dueños de las unidades o los encargados de la ruta.
También reveló que debido a la extorsión «no andamos trabajando tranquilos» porque saben que arriesgan sus vidas. Indicó que a raíz de eso, muchos trabajadores habían sido ultimados.
De acuerdo con lo mencionado por el transportista, actualmente está creándose una «nueva banda delictiva» que, de igual forma, cobra extorsión. «Tenemos que pagarles a todos, no hay excepción«, expresó.
El motorista mencionó que en ocasiones ni siquiera hacían la tarifa completa. Agregó que era una «obligación» pagar, porque de lo contrario «empieza a haber muertes de choferes y ayudantes«.
Otra fuente aseguró que la manera en que se les cobra extorsión es habitual. «Primero envían a uno de ellos» para que hable con el despachador o dueño de la ruta.
Luego les indican cuánto es lo que debe pagar cada unidad, y cuando la fecha llega, envían nuevamente al representante y le tienen que dar el dinero exacto. No dárselo implica un castigo, que en la mayoría de los casos, lleva a la muerte.
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