REDACCIÓN. Un estudio de la Universidad de McGill (Canadá) ha mostrado, que los antiinflamatorios son más eficaces en la recuperación postoperatoria cuando se toman durante los períodos activos de los relojes biológicos del cuerpo humano.
El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, sugiere que si los antiinflamatorios se toman en la tarde o en la noche, durante las fases de descanso del ritmo circadiano, su efecto sobre la curación y la reparación ósea después de la cirugía puede disminuir «severamente».
Esto se debe a que estos son los períodos en los que las células conocidas como osteoblastos están reconstruyendo el hueso.
Aunque investigaciones anteriores han demostrado que los genes del reloj circadiano juegan un papel en enfermedades como el cáncer, el alzhéimer. También, la artritis y el párkinson.
Este es el primer estudio que analiza el efecto del ritmo circadiano en cualquier tipo de cirugía o lesión.
como la señalización para atraer las células que reconstruirán los tejidos.
Pero el proceso no es constante. «Hay períodos de inflamación que son realmente muy destructivos. Hay períodos que son constructivos e importantes para la curación», explican expertos.
El componente destructivo del ritmo circadiano en lo que se refiere a la curación de los huesos se produce durante el día, cuando los osteoclastos descomponen los huesos.
«Al limitar el uso de antiinflamatorios a las mañanas y dar analgésicos por la noche para el dolor, pensé que podríamos obtener mejores resultados en cuanto a la curación de los huesos que si se dieran antiinflamatorios durante el día», reflexiona el investigador.
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Antiinflamatorios en ratones
Los investigadores compararon el dolor y la curación de los huesos en dos grupos diferentes de ratones con fractura de tibia.
A un grupo se le administraron dosis constantes de antiinflamatorios durante un período de veinticuatro horas, mientras que a los otros solo por la mañana (durante las fases activas del ritmo circadiano) y analgésicos por la noche.
Así, descubrieron que el segundo grupo se recuperó del dolor de la lesión y recuperó la fuerza de los huesos más rápidamente y de forma más completa.
Sorprendentemente, también notaron diferencias entre los grupos en la expresión de más de 500 genes relacionados específicamente con los procesos de curación ósea.