TEGUCIGALPA. Este lunes la terminal de buses que cubre los sectores de Santa Ana, San Buenaventura y Ojojona, amaneció cerrada por, supuestamente, el “impuesto de guerra”.
Según reportes, los conductores de esa terminal le notificaron a los usuarios que este lunes 21 de febrero no estarían trabajando por “motivos de fuerza mayor”, pero de acuerdo con lo dicho por medios de comunicación locales, la verdadera razón de la suspensión de operaciones sería el cobro de la extorsión.
“Se le informa a la población de los municipios de Santa Ana, San Buenaventura y Ojojona y aldeas de estos municipios que el día de mañana 21 de febrero no habrá servicio de transporte público por motivos de fuerza Mayor”, indica un comunicado.
No es la primera vez que una terminal de buses,suspende sus funciones a raíz de la extorsión por parte de los criminales. Sumado a esto, en los últimos meses los transportistas han sido víctimas de atentados.
Último crimen vinculado con el “impuesto de guerra”
El pasado lunes, sujetos a bordo de una motocicleta acribillaron al conductor de un «rapidito» que se dirigía hacia El Carrizal. El cuerpo quedó tendido en el pavimento en el bulevar Fuerzas Armadas.
De acuerdo con la información preliminar, los sujetos fuertemente armados iban siguiendo la unidad de transporte. El conductor, al percatarse de la situación, intentó escapar y aceleró el automóvil.
Cuando los pistoleros alcanzaron el «rapidito» comenzaron a disparar al conductor y él, en la desesperación por salvar su vida, intentó huir del vehículo. Sin embargo, las balas lo alcanzaron y su cuerpo quedó tendido a un costado de la unidad.
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Según la hipótesis preliminar que manejan las autoridades policiales, el ataque responde al cobro de la extorsión; no obstante de momento no se ha confirmado si es o no cierto.
Esta problemática viene golpeando a Honduras desde hace ya varios años, en donde los más afectados son los empleados del sector transporte.
«La información que se maneja de primera mano es como siempre, el impuesto de guerra» dijo uno de los policías.
Los empleados del transporte exigieron que se les brinde seguridad, pues se consideraron como «los más expuestos» ante esta situación.
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