TEGUCIGALPA, HONDURAS. El 17 de junio, en la cárcel de máxima seguridad, conocida como «La Tolva», ubicada en Morocelí, El Paraíso, se registró una reyerta que dejó tres privados de libertad muertos y más de 40 heridos pero la trágica historia podría repetirse pronto, ahora en un centro de reclusión de menores.
Días antes de que ocurriera la reyerta en «La Tolva», Hugo Maldonado, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), denunció que los militares ocultan los crímenes y las torturas que ocurren en las cárceles, y a raíz de eso ocurren las reyertas o intentos de fuga.
Asimismo, Maldonado hizo hincapié en que si no cambian los tratos hacia los jóvenes infractores en el Centro de Menores del Carmen, se desatará el caos.
“Se está negando que los menores infractores puedan ver a sus padres y que se les pueda pasar medicamentos”, denunció el representante del CODEH.
A su vez, manifestó que si no se cambian las políticas en las cárceles de Honduras “vamos a seguir contando muertos, heridos y nunca se van a calmar esas trifulcas al interior de los centros penitenciarios y centros de menores”.
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Centros de menores no son pedagógicos
Wilmer Vásquez de la Red Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (COIPRODEN), manifestó a TIEMPO Digital que los centros de rehabilitación de menores no son pedagógicos, sino que son cárceles.
Además, añadió que el mismo escenario que se ha vivido en los centros penales de adultos, lo han vivido los centros de reclusión de menores infractores y es un problema que data de hace décadas.
Para Vásquez, el problema en las cárceles y en los centros de menores tiene que ver con las personas que los administran.
Sobre la administración de los centros de menores, resaltó que “ha mejorado en los últimos años” después que se creo el Instituto Nacional de Menores Infractores.
Explicó que ellos, como COIPRODEN, siempre han cuestionado cómo ingresan armas de fuego y armas blancas a estos centros cuando se han dado intentos de amotinamiento.
“Al final los responsables no son los niños que tienen conflictos con la ley, sino quienes tienen el control de los mismos”.
Vásquez apuntó que la situación que se vive en sistema penitenciario es similar al de los centros de menores y también advirtió que la crisis que se vive en las cárceles de Honduras se podría trasladar a los centros de reclusión de menores.
“Los centros de menores siempre han sido un polvorín”
Mientras tanto, para el sociólogo Eugenio Sosa, “los centros de menores siempre han sido un polvorín”. Recordó que dentro de esos recintos ya se han dado asesinatos entre los mismos menores infractores.
Además, dijo que lo que sucede en los centros penitenciarios se debe al “fracaso de la política penitenciaria y de la política de seguridad”. Expresó que los centros de menores tienen condiciones que se prestan para que se den reyertas y amotinamientos.
Las aguas «se están calentando» también para los menores infractores y de no tomarse medidas, el CODEH estima que Honduras registrará en días próximos una nueva tragedia que dejará más familias llenas de luto y dolor.
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