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viernes, noviembre 22, 2024

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Finalmente, la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, aprobó ayer la comercialización del «primer viagra femenino» como se lo conoce vulgarmente. Se trata de la Flibanserina una nueva droga que apunta a estimular el deseo sexual de la mujer.

La agencia gubernamental había rechazado en dos oportunidades su aprobación, en 2010 y 2013, pero Sprout Pharmaceuticals, el laboratorio fabricante, presentó nuevas pruebas para su definitiva aceptación por parte del órgano regulador.

Pero, ¿cómo funciona realmente? La respuesta no es sencilla, porque el organismo de la mujer es completamente diferente al del hombre en cuanto lo sexual. Las causas de la disfunción sexual en el masculino tienen que ver estrictamente con lo biológico y está vinculado con la falta de erección del pene. Sin embargo, para ellas el deseo responde a la interacción de las hormonas y la conformación química en el cerebro.

La Flibanserina presenta lo que sería un antídoto para esa «falta de deseo» o «Desorden del Hipoactividad del Deseo Sexual Femenino». Este trastorno se da previo a una etapa clave en la vida de las mujeres: la menopausia. En ese momento de «premenopausia», ellas desean intimidad física, pero sin que aparerzca el apetito sexual. Este fenómeno se presenta en un 7% de las mujeres que atraviesan este período, provocándoles una profunda angustia, según consigna el diario La Opinión.

En principio, el tratamiento es totalmente diferente al que usan los hombres para lograr una erección. Desde el color de la cápsula -celeste para ellos, rosa para ellas-, hasta la manera de consumo, todo es diferente entre un «viagra» y el otro. En el caso de la Flibanserina, las mujeres deben tomar una píldora por día al momento de acostarse. En cambio, quien padezca de una disfunción eréctil la consume minutos antes del acto sexual.

La droga que presenta la Addyi -tal su nombre comercial- estimula diversos puntos cerebrales y actúa aumentando la dopamina y la norepinefrina. Sin embargo, lo más importante es que disminuye la serotonina, sustancia que en cantidad superior a la media provoca el descenso del apetito sexual.

Esto puede deberse también a la combinación de antidepresivos. Algunos de ellos provocan el aumento de la serotonina, un neurotransmisor en el cerebro, que disminuye el deseo sexual y puede ascender si la mujer está medicada con pastillas para combatir la depresión.

La dosis debe suministrarse a la hora de acostarse, «para ayudar a disminuir el riesgo de eventos adversos que ocurren debido a posible hipotensión, síncope y depresión del sistema nervioso central (como la somnolencia y sedación). Los pacientes deben interrumpir el tratamiento después de ocho semanas si no reportan una mejoría en el deseo sexual y la angustia asociada», expresó la FDA en un comunicado.

Pero también tiene contraindicaciones. Los posibles efectos colaterales que comprobó la FDA asociados con el uso de Addyi «son mareos, somnolencia (sueño), náuseas, fatiga, insomnio y sequedad de boca». «La decisión brinda a las mujeres preocupadas por su bajo deseo sexual una opción de tratamiento aprobado», dijo Janet Woodcock, directora del Centro para Evaluación e Investigación de la FDA.

 

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