Redacción.- Todas las madres saben que los niños tienen una etapa entre los 3 y los 8 años de edad, en donde se vuelven quisquillosos con la alimentación.
De acuerdo a expertos de la Academia Americana de Pediatría (AAP), los niños tienden a obsesionarse con ciertos alimentos o a repeler otros. Es por eso que muchos pueden llegar a caer en desnutrición o a consumir alimentos que no son tan benéficos para su salud.
Sin embargo, hay forma de evitarlo atendiendo el problema de raíz en la infancia. Si detectas que tu hijo tiene problemas específicos con la comida usual, hay algunos consejos que te ayudarán:
Utiliza la creatividad
Los niños son altamente visuales, así que contrastar colores con las verduras en el plato o realizar figuritas que les gusten, es esencial para mantenerlos atentos a la comida. De más está decir que las porciones importan. Para ayudarte a tener ideas puedes buscar en algunas páginas de alimentación o simplemente buscar de internet algunas imágenes.
Otra cosa que te ayudará muchisimo es comprar cortadores de galletas, ya que puedes jugar con estos para crear comidas que se vean atractivas.
Ofrece probar alimentos nuevos constantemente
Si tu hijo rechaza un alimento saludable una vez, no debes rendirte. Tarde o temprano le ganará la curiosidad, y en especial, si existe la opción de preparar el alimento de diferentes maneras, con las verduras no hay excusas.
Intenta hacerlas de diferentes maneras pero nunca des por hecho que algo no le gusta pues por ahí dicen «¿Como no te puede gustar si no lo has probado?».
Lea además: Consejos para comenzar una alimentación saludable
No abuses de las cantidades
Muy relacionado a los puntos anteriores: los niños no van a comer lo que tú “consideres” pertinente para ti. Es decir, su porción debe ser adecuada a su peso y estatura, tampoco pretendas que se llene de verduras.
Intenta agregar las verduras de poco a poco, no satures su platillo con 5 vegetales diferentes, a menos que ya lo conozcas y sepas que le gustan.
Mantén una actitud positiva hacia la comida
Tristemente, muchos niños se vuelven quisquillosos porque reciben comentarios negativos de la comida. Casi siempre, esto se deriva de padres obsesionados con el peso y la figura.
Mucho cuidado con pasar del cuidado a la «perfección». Los niños no deben preocuparse por dietas extremas ni por problemas que luego resulten en trastornos alimenticios más serios.
Nota para nuestros lectores:
? Suscríbete gratis a más información en nuestro WhatsApp. Haga clic en el enlace: https://bit.ly/2Z2UF3j.