TEGUCIGALPA, HONDURAS. La prestigiosa revista inglesa «The Lancet», reconoció esta semana la extensa labor y el aporte del investigador y científico hondureño, Marco Tulio Medina.
El texto comienza con un breve poema redactado por Medina. El científico hondureño recibió la publicación con mucho agradecimiento, pues destaca su trayectoria y su pasión por el conocimiento.
“Estoy muy agradecido por este reconocimiento publicado por The Lancet, al ser el primer centroamericano en recibir este reconocimiento en la historia de esta revista”, reveló Marco Tulio Medina.
En el encabezado de la publicación se puede leer: “Con las vicisitudes de la vida, ni las riquezas ni la sabiduría lo son todo; es la alegría de compartir el mayor tesoro”. El fragmento es un poema de la mano de Medina, y es que la entrevista resume precisamente el aporte del científico hondureño a la educación en el área médica.
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¿Cómo describe la revista a Medina?
La revista The Lancet describe a Marco Tulio Medina como profesor, neurólogo, investigador, inventor, educador, miembro de la Federación Mundial de Neurología Regional, Director para América Latina y Chevalier de la Légion de Honor.
De igual manera, resume los estudios del científico hondureño en el Instituto de Neurología y Neurocirugía en la Ciudad de México. En ese centro estudió neurología clínica, además de su posterior incorporación al Centre Saint Paul y a la Universidad de Aix-Marsella en Francia para capacitarse en clínica neurofisiología.
El artículo también destaca la posición de Medina como cofundador y presidente de la Fundación Panamericana de Sociedades Neurológicas. Al mismo tiempo, su papel como cofundador del Programa de Formación en Neurología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Dicho rol en la academia, le ha permitido a Medina ser el mentor de aproximadamente la mitad de los neurólogos capacitados en Honduras.
Marco Tulio Medina también ha participado como cofundador de la Academia Latinoamericana de Epilepsia. Así como apoyó el inicio de la Fundación Hondureña para la Epilepsia y la Asociación Hondureña de Esclerosis Múltiple.
Todos estos servicios le han hecho acreedor del galardón de «Caballero de la Legión de Honor» otorgado por el presidente Emmanuel Macron en Francia el 3 de septiembre de 2018.
Conozca la publicación íntegra de The Lancet
«Su pequeño poema lo resume: ‘Nadie había compartido conmigo tanta información tan bien organizada, tan preparada y con tanta alegría, o con tanto placer genuinamente palpable en conocer a alguien nuevo con simpatía’.
Conoce a Marco Medina, profesor, neurólogo, investigador, inventor, educador, Federación Mundial de Neurología Regional Director para América Latina y Chevalier de la Légion d’Honneur, entre muchas otras cosas, pero sobre todo, y lo mejor de todo, un gran partícipe.
La historia de Medina parte de Tegucigalpa, Honduras, donde nació en 1959. Después de graduarse en Medicina por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), se trasladó al Instituto de Neurología y Neurocirugía en la Ciudad de México para seguir estudiando neurología clínica.
Tras lo cual se incorporó al Centre Saint Paul y la Universidad de Aix-Marsella en Francia para formarse en neurofisiología clínica.
Realizó sus estudios de posdoctorado en Epileptología pediátrica y del Adulto en la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos (EEUU), aunque Medina siempre tuvo a Honduras en mente.
‘Siempre soñé con volver para poder ayudar a las personas con problemas neurológicos aquí en mi país y educar a otros’, contó Medina a la revista The Lancet», dice parte del texto.
«Lo que se tiene, nadie lo puede arrebatar»
De acuerdo al artículo, «Medina cree que la educación es lo mejor que una persona tiene para aspirar y que, una vez que lo tienes, nadie la puede arrebatar. Pero puedes compartirlo con otros».
«Él ha estado haciendo eso a través de su posición como cofundador y presidente fundador de la Federación Panamericana de Sociedades Neurológicas y como cofundador de la Neurología de formación en la UNAH. Un rol que lo ha visto ser mentor de al menos la mitad de los neurólogos entrenados en Honduras. También cofundó la Academia Latinoamericana de Epilepsia», señala la prestigiosa revista.
La importancia de la educación
“Educar a los demás es un deber que los que tenemos la suerte de tener los conocimientos necesarios no debemos eludir”, dijo Medina a The Lancet. «Hay mucho honor en ser el maestro de alguien, y en el acto de enseñar a crecer tanto al que da como al que recibe”.
A través de Honduras Global, una organización sin fines de lucro, también cofundador, Medina espera vincular a investigadores destacados entre la diáspora hondureña para formar una red de conocimiento que promoverá el desarrollo científico y empresarial.
Los problemas de Honduras pueden ser cambiados
“Honduras tiene problemas que solo pueden superarlo por cambios fundamentales en igualdad, transparencia, justicia, paz social y mejora de la economía de su gente. Tal vez a través de esta red podremos ayudar a traer a casa ideas que llevarán a la innovación y nuevas posibilidades que mejorarán la vida de las personas”, detalló Medina a The Lancet.
«Medina ha compartido resultados de sus investigaciones con las personas, haciendo contribuciones al conocimiento de la genética de la epilepsia considerando que él y sus colaboradores han identificado diversos genes de epilepsia y de mutaciones, de neuroepidemiología con la creación del Programa Hondureño de Neurología», apunta.
Además ha aportado a los campos como:
- Accidentes cerebrovasculares
- Neurocisticercosis, especialmente en la reducción de la epilepsia vía intervenciones comunitarias
- Virus del zika para describir la polineuropatía sensorial asociada con esta nueva infección
- COVID-19.
La publicación abarca que Medina se detuvo para recordar a «Jesús Américo Reyes, a quien describió como su gran mentor durante sus días de universidad. El galeno perdió la vida a causa de la enfermedad anteriormente mencionada».
Aportes a la UNAH
«¿Y qué hay de esas riquezas en su pequeño poema que no son ¿todo? Ciertamente, Medina encuentra otro tesoro al donar la mitad de las regalías de su patente sobre el diagnóstico de epilepsia a la UNAH, ayudando a apoyar sus actividades de investigación.
Con todo este trabajo, se podría pensar que Medina no le queda tiempo para ver a los pacientes. Sin embargo, tiene clínicas 4 días a la semana en el Centro de Investigación del Cerebro en Tepeyac, Tegucigalpa.
Aunque, en estos días de pandemia en particular, ‘estoy usando telemedicina’, dijo. ‘Con el apoyo de mi hijo, también llamado Marco, un joven médico’. Incluso encuentra tiempo para leer y escribir un poco de poesía», dice The Lancet.
Amor por Tegucigalpa, capital de Honduras
The Lancet habla también del amor de Medina por Tegucigalpa. El entrevistador le preguntó sobre la cultura de pandillas y el crimen, y si es tan peligroso como sugiere la reputación.
«‘Ya sabes’, dijo, ‘he vivido en Ciudad de México, que tiene muchos peligros, en Marsella, hogar de French Connection; en Los Ángeles durante los aterradores disturbios de 1992, y he visto asaltos por motivos raciales en Londres. Creo que Tegucigalpa también tiene dos caras, una feliz y la otra más oscura, menos agradable. Todas las experiencias son diferentes. Al menos caminaba a la escuela cada día, y luego a la universidad, a veces regresando tarde en la noche o temprano en la mañana, sin mucho que informar. Tegucigalpa es mi hogar, y es aquí donde terminaré mi mis días'», concluyó Medina en sus declaraciones a The Lancet.
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