TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Según los agentes de la Dirección Policial de Investigación (DPI), los videos de las cámaras de seguridad y del 911 son cruciales para esclarecer el crimen de Wilkin Montalván.
Asimismo indicaron que los relatos de las enfermeras y los guardias de seguridad aportarán pistas para que se haga justicia. Agentes policiales de la DPI y de la Fiscalía Especial de Delitos contra la Vida comenzaron a interrogar a los testigos del crimen.
Además, se formó un equipo para analizar los videos de las cámaras de seguridad de la clínica privada donde ocurrió el asesinato. De momento, se solicitaron las grabaciones de cámaras ubicadas en los alrededores del centro asistencial para conocer la identidad y hacia dónde huyeron los responsables.
«Se ha asignado un equipo de investigadores para recolectar información que contribuya a fortalecer la línea de investigación que va a ser acompañada por la Fiscalía del Ministerio Público», dijo el vocero de la Secretaría de Seguridad, Edgardo Barahona.
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Hipótesis
Una de las primeras hipótesis que manejan los investigadores de esta dirección policial es que se trata de un ajuste de cuentas con el crimen organizado y el narcotráfico. Otra hipótesis es que el fallecido tenía enemistades personales que querían hacerle daño.
A pesar de que Montalván pertenecía a los círculos de poder del país, en algún momento se le relacionó con el crimen organizado, según las autoridades.
Juan Antonio «Tony» Hernández dijo en un interrogatorio que le hicieron las autoridades estadounidenses, que Wilkin Montalván había trabajado con Ramon Matta.
«Según Tony Hernández, Wilkin Montalván era un narco que trabajaba con Moncho Matta entre otros», escribió el periodista independiente, Jeff Ernst.
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