TEGUCIGALPA, HONDURAS. Sin duda el COVID-19 ha sido una prueba difícil para el mundo entero, y las personas que han logrado superar la enfermedad, comparten cómo fue el calvario de permanecer internado en un hospital.
La doctora en Química y Farmacia sampedrana Ana Barahona permaneció ingresada en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) de la zona norte, debido a que sus pulmones tenían un 90% de afectación.
Luego de superar la enfermedad, reconoce que sí tuvo mucho temor, ansiedad, pero su fe siempre permaneció puesta en Dios, y además, reconoció la importancia que representan las terapias para volver a acoplar la respiración.
La doctora Barahona recordó ser muy estricto en cuidarse, respetar todas las medidas de bioseguridad, por lo que hizo un llamado a la ciudadanía que se confía: el COVID-19 puede estar en cualquier sitio y un mínimo descuido puede ser fatal.
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Testimonio de la doctora Ana
La profesional de la Química y Farmacia señaló que «Es bien difícil poder decir con seguridad dónde nos contagiamos. La verdad, cuando la enfermedad nos toca, no sabemos definitivamente cómo vamos a reaccionar, cada sistema inmunológico es diferente».
«En mi caso, yo empecé con los síntomas y podría decir que a la semana de haberlos sentido, comencé con la dificultad para respirar, y fue cuando realmente me preocupé y decidí ir al Seguro Social. Allí me ingresaron, lastimosamente, sí, el tag de pulmones que me hicieron reveló que estaban afectados, puedo decir que fue en un 90 %, bastante afectación«, agregó Barahona.
«Me ingresaron al módulo dos dónde están pacientes un poco más manejables, pero no pude, estuve dos días allí, luego tuve que pasar al módulo tres donde están las personas en condición más crítica», continuó diciendo.
«Gracias a Dios que estuvo conmigo en todo momento, no me dejó llegar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y creo que aparte de la protección que Dios me dio, sí quiero enfatizar en que la terapia fue la que en gran parte me ayudó», aseguró la doctora Ana Barahona.
Importancia de las terapias
La doctora Barahona comentó que «yo no podía moverme, usaba pañal, estaba totalmente dependiente de todo, me daba hasta miedo moverme, mis crisis de tos, mis pulmones no daban para mucho».
Agradeció a los médicos que le dieron terapia para recuperar su respiración. No son solo los ejercicios, sino que también la parte emocional e integral.
«La terapia no solo es enseñar a educar la respiración, es también integral. El paciente que está con COVID-19 en el momento agudo se necesita ayudar a mejorar la respiración» destacó. «Yo tenía ansiedad, era una serie de presentimientos, había un poco de temor, pero siempre con la fe puesta en Dios que yo iba a salir de esa sala, que iba salir librada de esto», concluyó.
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