Investigadores concluyeron que un tratamiento experimental con nanopartículas de dendrímero, denominado OP-101, podría ser una terapia potente para disminuir la hiperinflamación y promover la reparación celular en personas con COVID grave.
El trabajo fue liderado por Sujatha Kanna. Es una profesora de Anestesiología y Medicina de cuidados críticos y pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, quien junto con su marido, el doctor Kannan Rangaramanujam, desarrollaron el OP-101 uniendo un potente fármaco antioxidante/antiinflamatorio conocido como n-acetil cisteína (NAC) a una nanopartícula 100.000 veces más pequeña que el grosor de una hoja de papel. Cada nanopartícula tiene un número de moléculas del fármaco unidas a ella, y puede entregar el fármaco específicamente a las células inflamatorias llamadas macrófagos.
“Se hizo un estudio clínico en muy poquitos pacientes (24), en los cuales se dio en forma intravenosa esta medicación. Otro grupo menor se dio placebo. Y lo que se vio es que a los 30 días, 71% de los pacientes que recibieron placebo morían o requerían ventilación mecánica. Mientras, aquellos que habían recibido la droga solamente 18% se morían o requerían asistencia respiratoria”.
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Oscar Cingolani es médico cardiólogo, profesor de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins y director asociado de la Unidad de Cuidados Críticos de la misma universidad, y ante la consulta de Infobae destacó que, “si bien se trata de un dato preliminar, con pocos pacientes, es muy prometedor si se observa el resultado de esta droga en la desactivación de la inflamación y la reducción de 71% a 18% las posibilidades de morir o requerir asistencia respiratoria mecánica”.
Y tras resaltar que “en esta Fase 2 no hubo ningún efecto adverso grave reportado, lo que, si bien se probó en muy pocos pacientes, genera esperanzas sobre todo para aquellos que tienen posibilidad de desarrollar un COVID severo y terminar en terapia intensiva”, el experto señaló que “ahora lo que vendrá es la Fase 3, en la que se debe estudiar mayor cantidad de pacientes, a doble ciego (es decir que no se sabe quién recibe placebo y quién el complejo activo). También, evaluar a mayor largo plazo si hay efectos adversos”.
Para comenzar, el médico infectólogo Pablo Bonvehí (MN 62648) aclaró ante la consulta de este medio que “lo que se debe recordar es que la hiperinflamación del propio organismo en respuesta a la infección por el virus del SARS-CoV-2 produce daño y esto conduce a formas graves de la enfermedad. Esta se produce, en parte, a través de la respuesta de células defensivas del organismo, que son los macrófagos”.
Fuente: Infobae
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