En algunos casos, los dolores musculares pueden ser originados por aquello que genera angustia y preocupación en el día a día. Esto se debe a que el cuerpo necesita eliminar ciertos estados emocionales que no se han trabajado ni exteriorizado.
En la actualidad, el estrés diario y algunas emociones negativas no son tratadas de manera oportuna y se dejan avanzar sin recurrir a ningún tratamiento. Por consiguiente, se pueden presentar ciertas afecciones a la salud como dolores musculares y de cabeza. A continuación, profundizamos más sobre este tema.
El poder de las emociones
Seguro que alguna vez has experimentado un nudo en el estómago por los nervios, o te has enfermado de gripe después de atravesar una etapa de mucho estrés. ¡Esto sucede porque el cuerpo está hablando!
Regresar todos los días a casa con un fuerte dolor cervical, después de una jornada laboral, podría no solo ser por la mala postura o estar frente al ordenador 8 horas seguidas. Al parecer, también puede haber algunas emociones negativas, asociadas a ese dolor, por cosas que se han quedado sin decir.
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Las emociones se pueden convertir en dolores musculares
Esto no hace referencia al dolor espiritual sino físico. Todo lo que callamos, ignoramos o escondemos, se podría manifestar en forma de malestar, contractura o enfermedad. Incluso existe una relación muy estrecha entre el estrés y los dolores musculares crónicos.
De hecho, una publicación de American Psychological Association comenta que el estrés crónico hace que los músculos del cuerpo estén en constante tensión debido al estado de alerta que se genera. Esto podría ocasionar dolores musculares y migrañas.
Al parecer, los dolores musculares en general, pero sobre todo los cervicales, indican que hay emociones que se están ignorando. Por eso es muy importante reconocer los dolores y relacionarlos con aquello que está sucediendo a nivel emocional.
Dolores musculares por problemas emocionales
1. Dolor cervical
Los dolores de cuello son muy frecuentes debido al uso del ordenador y los dispositivos electrónicos, así como también por las malas posturas y el sedentarismo. Del mismo modo, puede haber ciertos motivos emocionales escondidos detrás de esas contracturas de la cervical.
Quizá se deba a la incertidumbre que genera el futuro o a que no se puedan expresar las emociones de forma clara, debido a problemas de comunicación con algunas personas.
Si este es o ha sido tu caso, considera hacer una cita con el psicólogo. El profesional te ayudará a buscar la manera adecuada de gestionar tus pensamientos y emociones para que puedas sentirte mejor.
2. Dolor de cabeza
Hay días en que el dolor de cabeza es tan fuerte que es muy difícil concentrarse y cualquier ruido o sonido resulta molesto. Además de la falta de sueño, las horas frente a la pantalla o la gran cantidad de trabajo, otra causa de la jaqueca puede ser que tienes demasiadas cosas en qué pensar.
3. Dolor de espalda
La frase «llevo un gran peso a mis espaldas» puede ser real en casos en los que se tienen muchas responsabilidades, ya sea personales o laborales. Esto hace que la espalda se resienta.
4. Dolor en las manos
Gracias a las manos se puede tener contacto con todo lo que nos rodea. Y nos permiten dar desde una caricia hasta cargar decenas de objetos. Por ello, cuando duelen las manos y las muñecas, esto se asocia a los deseos u objetivos que no se han podido alcanzar. También se puede relacionar con la incapacidad para soltar algo o a alguien.
5. Dolor en las rodillas
A esta parte del cuerpo no siempre se le da la importancia que merece, pero las rodillas son las encargadas de soportar todo el peso del cuerpo. Por ello, cuando duelen, puede deberse a que te estás exigiendo demasiado.
6. Dolor en los pies
Los pies son zonas muy sensibles del cuerpo que, muchas veces, no reciben el cuidado necesario. Cuando no estás bien de ánimo, te sientes deprimido o no encuentras placer en las cosas que haces puede que los tobillos también se resientan.
¿Qué hacer para controlar las emociones negativas?
Las emociones negativas, como el estrés, la ansiedad y la ira, se pueden detectar antes de que el cuerpo se vea afectado. Lo importante de esto es actuar a tiempo.
Crear hábitos de vida saludables como realizar actividad física de forma regular, dormir y descansar lo suficiente, así como mantener una red de apoyo sana, pueden contribuir a disminuir de forma significativa los niveles de estrés y ansiedad.
Por otra parte, reconocer qué está pasando internamente con estas emociones y por qué se pueden estar presentando, es muy importante para llevar una vida más tranquila y evitar esos molestos dolores musculares.
Para finalizar, vale la pena resaltar que si estos problemas emocionales no disminuyen con estos consejos, es necesario buscar ayuda profesional para encontrar el tratamiento adecuado.
Fuente: Mejor con Salud.
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