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TEGUCIGALPA, HONDURAS. La vulnerabilidad ante los desastres será siempre un círculo vicioso si no se toman medidas reales de mitigación y se evita el crecimiento desordenado en una ciudad que colapsa con cada invierno, así analizan los expertos hondureños la situación caótica que vive Tegucigalpa, capital de Honduras.

Mediante un estudio realizado por el Colegio de Arquitectos de Honduras (CAH) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se confirmó que hasta el 2011, el 36 % de la capital se encontraba en alto riesgo ante los embates de la naturaleza.

No es un secreto lo que ocurre cuando llueve. No son solo las calles inundadas, como suele ocurrir en gran parte de los municipios del país; el cause y potencia de los ríos, muros, edificaciones y hasta parte de cerros se vienen abajo por los derrumbes, poniendo en riesgo a cientos de ciudadanos.

Debido a esta situación, Diario TIEMPO Digital habló con expertos en el tema, para explicar de manera amplia a la población, sobre riesgos, causas, entre otros aspectos.

El arquitecto Dino Rietti, expresidente del CAH, explicó que Tegucigalpa está en riesgo, porque tiene mucha pendiente y es poca el área plana; el 5 % de la población vive en zonas de muy alto riesgo. Es decir, que aproximadamente 6 kilómetros cuadrados de la capital, son de muy alto riesgo y no se debería de vivir en el sitio.

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Medidas de mitigación

Ante ese panorama, para poder habitar muchas zonas de Tegucigalpa, se requiere medidas de mitigación; sin embargo, hay zonas donde no se debería hacer y la misma necesidad obliga a las personas a quedarse. El peligro es inminente para demasiadas familias.

Asimismo, el expresidente del CAH señaló que en el país no solamente el COVID-19  es un problema, Tegucigalpa está en peligro, varias familias están en riesgo y deben ser alertadas, educadas y señalizarles las zonas que han sido categorizadas por nivel de riesgo.

Es preciso mencionar, que en el portal web de la Alcaldía Municipal del Distrito Central, se cuenta con un mapa, que le permite a los usuarios identificar si su barrio o colonia, está en algún tipo de riesgo.

Rietti mencionó que el trabajo de reducción de riesgo, no es únicamente de la Alcaldía Municipal, sino de un trabajo conjunto de la población que debe estar alerta y pedir ayuda a los Comité de Emergencia Local (CODEL) y Comité de Emergencia Municipal (CODEM).

Por su parte, el arquitecto Fernando Fortín, amplió sobre el tema y expuso un análisis general de la problemática en Tegucigalpa.

Fortín detalló que la época lluviosa no solo representa peligro por derrumbes, deslizamientos e inundaciones en zonas vulnerables de la ciudad o expuestas a los desastres naturales; a esta situación de riesgo, hay que sumar el estado deplorable en el que se encuentra el sistema de alcantarillado sanitario, colapsado en mas del 80 %.

La prueba de este deterioro son las tuberías rotas o quebradas, que datan de más de medio siglo, a las que basta que caigan 30 minutos de lluvia para convertir las calles de la capital en ríos pestilentes. En dos sectores se aprecia a cabalidad:

• El centro histórico de Tegucigalpa
• El área de mercados y zonas vecinas en Comayagüela.

Además, hay que agregar el mal estado de la red pluvial, con tragantes en un 30 % destruidos y llenos de sedimento. En estas zonas, como en otras de la ciudad, el sistema de tuberías de concreto cuenta con más de 60 años. Por lo que, es urgente su reemplazo.

Para el experto, la situación es grave y urge de acciones reales de parte de las autoridades, y la respuesta que la población espera la tienen dos entidades:

• El Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA)

• La Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC)

La primera, como su nombre lo indica, es la responsable de atender el sistema de alcantarillado sanitario: aguas negras y residuales o servidas.

En cuanto a la segunda, es la encargada del alcantarillado pluvial, es decir, los recolectores de aguas lluvias o tragantes y cunetas, entre otros. «Vemos que estos no cuentan con sus respectivas planchas o tapaderas», indicó Fortín.

Por lo que, se convierten en una trampa mortal para el peatón que circula por calles y avenidas y en botaderos de basura.

Responsabilidad ciudadana

Fortín destacó que no se debe dejar a un lado la cultura del ciudadano en cuanto a la falta de higiene y al mal uso que se le brinda al sistema.

Es importante mencionar que la mayoría de los ciudadanos, sin ningún control del SANAA Y AMDC, conectan en un mismo punto el sistema de aguas lluvias con el de aguas negras, por lo cual se debería socializar y/o sancionar a las compañías constructoras y urbanizadoras responsables.

Administración Municipal

Añadió que la actual administración municipal, desde hace muchos años trabaja en función de la administración de crisis y no de soluciones preventivas y a largo plazo.

Por lo que, ya demostró no tener la capacidad técnica para resolver de manera definitiva el problema de la vulnerabilidad de Tegucigalpa ante los embates de la naturaleza que se agudiza con el cambio climático. Y que dicho sea de paso, estudios serios colocan a Honduras como el país mas vulnerable del mundo, ante este fenómeno.

De la misma forma, y en la misma línea, «ha carecido de voluntad para organizar a las comunidades con educación social, prevención, autoasistencia y mantenimiento de las mismas con campañas de concientización», explicó.

«No es el momento mas oportuno para criticar, pero sí, de señalar los problemas y posibles soluciones, puesto que conociendo el origen del problema tenemos ya una gran parte de la solución pero solamente si tenemos capacidad de ejecución», apuntó.

¿Dónde radica el problema?

• El diseño desactualizado de obras de drenaje que no tienen la capacidad de desalojar la cantidad de aguas lluvias con mayor precipitación actual; fueron diseñadas para cantidades de hace 60 años.
• La falta de mantenimiento de dichas obras de alcantarillado sanitario y aguas lluvias que están colapsadas en 30 y 80 % respectivamente.
• Reducción y eliminación del cauce de quebradas por construcciones que invaden el cauce natural de los ríos y tiran deshechos de construcción sin ningún control.
• La mala disposición de las basuras en vaguadas, quebradas y obras de drenaje.
• En los últimos días, el control y manejo de los desechos sólidos se ha vuelto uno de los principales problemas en la capital. Tanto en Tegucigalpa como en Comayagüela las esquinas de barrios y colonias están convertidas en sucursales del crematorio municipal.
• El problema del plástico en las quebradas y ríos, el azolvamiento de los cauces de ríos y quebradas a causa de la erosión, mal manejo del suelo provocando erosión y desestabilización de los mismos.

Todos los elementos enlistados, de acuerdo a Fortín, causan problemas como, serios daños a la salud y la vida, a la propiedad, alto costo económico para las familias y para el Estado.

Asimismo, causa un perjuicio a la calidad de vida y seguridad de las personas, pone en peligro a familias con mayor vulnerabilidad social y económica y altera la mecánica del suelo, lo cual provoca deslizamientos y erosión.

Ante ello y teniendo como punto de partida el conocimiento del problema, ya se tiene una parte de la solución y se considera que es por dos vías:

• Prevención

• Manejo de emergencias

Desde el punto de vista de la prevención:

• Mantenimiento y reparación de sistemas de drenaje existentes
• Dragado de cauces de ríos, quebradas y vaguadas
• Mejoramiento del sistema de evacuación hídrica en general
• Ampliando su capacidad de evacuación ante mayores volúmenes de descarga por el cambio climático
• Permisos de construcción
• Supervisión de obras
• Construcción de muros y obras de estabilización de suelos
• Construcción de canales secos o de alivio (cauces paralelos)
• Manejo de la basura poniendo contenedores a orillas de quebradas y vaguadas
• Control del vertido de desechos de construcción
• Revisión de los sistemas de evacuación hídrica y el aforo de sus capacidades para determinar su capacidad real
• Educación ciudadana.

Mientras que desde el punto de vista del manejo de la emergencia, el arquitecto Fortín considera que se debe organizar a la comunidad para generar auto-auxilio mientras llega la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO), los bomberos, o apoyo de la municipalidad.

Puesto que los desastres generalmente aíslan, la autoayuda es vital, particularmente en las primeras horas. Asimismo, se debe realizar simulacros de evacuaciones, formación cultural hacia la prevención, preparar centros de albergue con clínicas y otros apoyos humanitarios.

A su vez, formar una cultura de prevención (conocer el modelo japonés); crear una unidad especializada en la municipalidad para apoyar las organizaciones de la comunidad.

Fortín destacó que el problema es simple y se reduce a que «no tenemos sistemas de drenaje quebradas, ríos, cauces secos, vaguadas, obras de drenaje pluvial, canales, etc., para que estos funcionen como un sistema».

Tegucigalpa, vulnerable y en alto riesgo

A criterio del arquitecto, ninguna administración ha hecho el esfuerzo técnico y profesional de aforar capacidades y esquematizar el sistema de evacuación pluvial y hacerlo funcionar apropiadamente y con seguridad.

Sin embargo, explicó que lo importante es conocer objetivamente el problema, determinar sus causas y estratégicamente eliminar cada uno.

Fortín enfatizó en que, también es importante montar una unidad técnica que esquematice y administre este sistema de evacuación pluvial integral.

En términos generales, el problema se origina en la falta de capacidad de sistemas de drenaje pluvial, alcantarillas para evacuar los volúmenes de agua que recibe y que por lo tanto se desbordan causando inundaciones.

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