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viernes, noviembre 22, 2024

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HONDURAS. Centro de rehabilitación Orquídea Blanca, San Pedro Sula, del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), si alguien más tuviera la oportunidad de ir solo como visita, saldría de ese lugar con una perspectiva diferente de la vida.

Orquídea Blanca es donde los pacientes pos-Covid continúan demostrando que son todos unos guerreros, pues no solo vencieron a la enfermedad, sino que también superaron la difícil fase de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y ahora deben someterse a diferentes terapias para re-insertarse a las actividades que hacían antes de ser alcanzados por el virus.

En Orquidea Blanca hay muchos héroes (doctores y terapeutas) y guerreros (pacientes) en un mismo edificio, y es de verdad muy animante ver cómo cada uno hace lo que le corresponde:

Los hombres y mujeres que visten de traje azul desde los zapatos hasta la cabeza, se encargan de conducir y acompañar durante todo su proceso de rehabilitación a los afectados pos-Covid, quienes con una tenacidad admirable, se esfuerzan para recuperar su capacidad pulmonar, masa muscular y movilidad de manos y pies.

En medio de tantos héroes y guerreros, cualquiera que no sea uno de ellos se siente pequeño estando allí. Por cierto, entre las personas rehabilitadas hay dos médicos, los mismos que se contagiaron trabajando en primera línea y se hicieron noticia cuando salieron de la UCI. Algo así como héroes siendo atendidos por otros héroes. No se puede, si no, sentir admiración por todos.

El apego que se tienen entre sí es tremendo. Trabajar juntos forma vínculos emocionales verdaderamente fuertes, y queda demostrado con las historias que los pacientes cuentan sobre los médicos y los médicos sobre los pacientes.

Así inicia todo…

Cuando un paciente sale de la UCI, usualmente su cuerpo sufre rigidez debido al prolongado tiempo que pasó acostado inconsciente sobre una cama. Ese lapso puede extenderse durante varias semanas, y en casos extremos, meses.

Los pacientes que salen de la UCI son visiblemente mucho más delgados que cuando entraron, pues pierden mucha masa muscular, su fuerza física ya no es igual, y además, sus pulmones deben aprender a hacer su trabajo otra vez.

Pero, el simple hecho de dejar la Unidad de Cuidados Intensivos es una tremenda hazaña, y aunque salir de la UCI no significa estar curado del Covid, lo que sí es seguro es que, a partir de ese momento, todo continúa para mejor, por eso es que los médicos intensivistas se regocijan cuando esto ocurre.

Inmediatamente después de abandonar la UCI, a los pacientes Covid los trasladan hacia una sala especial destinada para arrancar su rehabilitación, iniciando con ejercicios de respiración. A esto se le conoce como ‘rehabilitación en fase 1’.

Algunos aún necesitan tanques de oxigeno para hacerlo, aunque ya no más de forma invasiva, sino más bien superficial. Precisamente para eso sirven las terapias respiratorias: para fortalecer su capacidad pulmonar.

En esta fase, muchos todavía son PCR positivo, por esa razón es que permanecen en el hospital, y los médicos y enfermeras que los atienden usan equipo de bioseguridad nivel tres.

Hasta que finalmente su prueba para detectar Covid-19 resulta negativa pueden dar de alta a los pacientes, y estos siguen su rehabilitación en Orquídea Blanca, o sea, la ‘fase 2’ de su largo camino hacia volver a la vida cotidiana.

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«¡Por fin me salió negativa!»

Sin embargo, hay casos en los cuales se envía al paciente a su casa aún con diagnóstico de coronavirus, pues su carga viral es muy baja y, por tanto, su condición de salud ya mejoró. Pero antes, se le da un programa de ejercicios que deberá seguir fuera del hospital. A algunos se les entrega, incluso, un cilindro de oxígeno portátil para que hagan uso de él cuando lo necesiten.

Asimismo, mientras esté en su domicilio, debe permanecer aislado de su familia, hasta que su organismo negativice. Una vez su PCR sea negativa, ya podrá asistir a Orquídea Blanca los días lunes, miércoles y viernes.

Y hablando de salir del hospital pero tener que seguir aislado en su hogar, eso fue exactamente lo que le ocurrió al periodista Orlando Escoto, quien, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y un nudo se le formaba en la garganta, recordó las emociones que experimentó cuando, ¡Por fin!, le dijeron vía teléfono que su última prueba para Covid-19 dio negativa.

«Salí corriendo y grité ‘¡Gracias a Dios!’ Y me de dice mi esposa: ‘¡¿Qué está haciendo aquí en la cocina?!’ – Ya me salió negativo eso. Y ya pude ver a mi familia. Ah, pues, ese mismo día, almorcé con ellos, porque fue cerca del mediodía. Mis nietas, un día antes, llegaron cerca del cuarto ‘Papi, papi, papi, aquí estamos’, como que fuera un mensaje que al siguiente día me iban a poder ver y tocar», dijo con muchísima emoción el licenciado, tanto.

«Gracias a Dios, yo estoy bien»

Y, entre otros testimonios, Manuel de Jesús Vásquez, un guardia de seguridad de una institución bancaria, contó cómo fue su experiencia desde que fue golpeado por el Covid-19, su salida de la UCI y su actual proceso de rehabilitación en Orquídea Blanca.

«Yo llegué al Seguro el 23 de mayo, aunque tuve síntomas desde el 17, y me ingresaron a la Unidad de Cuidados Intensivos al segundo día. De mi familia nadie más salió afectado, pero yo sí, y gracias a Dios estoy bien», dijo él.

Las áreas de rehabilitación

Cuando los médicos que están en los hospitales terminan su labor con un paciente, entonces, inicia la de sus homólogos en Orquídea Blanca. La doctora María Elena Herrera, directora de ese centro, conversó sobre cuáles son las terapias que realizan, cómo se llaman y qué propósito tienen.

«Aquí ingresan cuando tienen su PCR negativa. Cuando vienen, se someten a una etapa de evaluación médica. Los valora un internista y un fisiatra. A través de diversas pruebas, por ejemplo, con la caminata de seis minutos, vemos cómo está su tolerancia al ejercicio, o sea, cómo reaccionan sus pulmones y corazón», dijo Herrera.

«También se les hace la medición de composición corporal por bio-impedancia, y de este modo conocemos qué tanto músculo perdió durante su fase aguda, y ya con todo esto, se prescribe el programa de rehabilitación y de nutrición», agregó.

Entonces, se puede decir que cada paciente recibe una atención personalizada, según su condición, y esta va enfocada en diferentes áreas:
  1. Respiratoria: busca fortalecer la capacidad pulmonar del paciente.
  2. Física: se desarrolla en el gimnasio, y ahí se hacen ejercicios de resistencia y aeróbicos.
  3. Ocupacional: esta pretende recuperar la fuerza y destreza en las manos.
  4. Grupal: aborda diferentes aspectos, como charlas educativas sobre nutrición, higiene, ayuda emocional y técnicas de relajación.

«La mayor satisfacción es ver cómo cada uno evoluciona, ver su progreso, eso es lo que más llena nuestro corazón. Ser partícipe de la reinserción a su vida normal es verdaderamente satisfactorio», confesó la directora.

Hasta ahora, ninguno de los 16 pacientes de ese centro de rehabilitación ha sido dado de alta, pero el avance que todos han tenido es muy significativo. Y Orquídea Blanca ya se está preparando para recibir a otro grupo de 10 personas más.

Paso a paso, y gracias a los médicos que los atendieron en el hospital y a quienes ahora los reciben en el centro de rehabilitación, cada uno hará del Covid-19 solamente un desagradable recuerdo, pero que servirá para nunca olviden lo fuerte y valientes que pueden llegar a ser.


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