HONDURAS. Un ciudadano murió y otro quedó gravemente herido en el barrio Las Crucitas, Tegucigalpa, zona central del país, luego de un tiroteo suscitado esta madrugada.
La víctima mortal se llamaba José Aldair Flores, de 23 años, un conocido tatuador de la capital. Entre tanto, al herido lo trasladaron hasta un centro asistencial. Su estado de salud es reservado.
La información preliminar indica que la víctima caminaba por una de las calles cuando, de pronto, sujetos armados abordo de una motocicleta lo interceptaron y comenzaron a dispararle. Se desconoce si se trató de un asalto o un ataque directo.
Rápidamente, vecinos del lugar alertaron a las autoridades de la Policía Nacional, quienes llegaron a resguardar la escena. También se hizo presente el personal del Ministerio Público (MP) para hacer el levantamiento cadavérico.
Se espera que en las próximas horas la Policía brinde un informe de qué ocurrió y por qué le quitaron la vida. No hay pistas, hasta el momento, del paradero de los hechores del crimen.
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«Ay, no, niño, qué dolor», familia de tatuador
A través de las redes sociales varios de sus amigos lamentaron la muerte, pues, según las palabras que le dedican, José Flores era alguien muy querido.
Asimismo, una de sus familiares, en su cuenta de Facebook, escribió un desgarrador mensaje:
«Ay, no, mi niño, qué dolor. Nunca pensé que pasaría esto, mamá siempre te decía que no confiaras en tus put** amigos, que la mayoría te tenía envidia. No encontraban qué hacer para hacerte la vida imposible. Por esos maldit** te quitaron la vida. Vos eras bueno, siempre ayudando a los que no tenían. Te amo, mi niño», escribió Amair Flores.
«Tantas metas y sueños por cumplir, hermano, te los han arrebatado. Y saber que venías con tu familia para arriba… ¡Como duele, brother! En paz descanses», escribió, Hernández Kevin, amigo de José Flores.
De igual manera, otro internauta comentó que «el arte y la tinta están de luto hoy. Me parte el alma saber esta noticia. Eras una buena persona, no te metías con nadie. Siempre estabas pendiente de tu oficio, como todo un tatuador, buscando el pan de cada día para tu familia«.
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