Redacción.- El magnate empresarial, Steve Jobs, sabía que era clave elegir bien a los trabajadores que integraban su equipo, por ello usaba la extraña política de la cerveza para contratar a alguien.
Para el cofundador de Apple, fallecido en 2015, un punto clave de un perfil laboral, más allá de su experiencia y conocimientos, era su capacidad de trabajar en equipo. Por ello consideraba importante tener la posibilidad de conocerlos de una manera más profunda.
«Cuando decido contratar o no, siempre me pregunto si me tomaría una cerveza con esta persona y si me gusta su compañía«, expresó en varias ocasiones.
De todo esto, lo que buscaba era sacar a las personas de la entrevista, porque van preparados para algo y para conocerlos le interesaba hacerles preguntas fuera de lo convencional.
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Método
«Esto es lo que haría… Los llevaría a comer, daría un paseo con ellos o simplemente pasaría el rato. Haría preguntas como dime qué hiciste el verano pasado que se destacó o ¿cuándo fue la última vez que lograste algo? No hay una respuesta correcta o incorrecta. Haz todo lo posible para que hablen sobre una experiencia y haz que te muestren sus personalidades genuinas», decía Jobs.
Lo anterior deja a la vista cómo funcionaba Apple bajo su mando, porque también tenía otros métodos como convertir a sus empleados en reclutadores y darles bonificaciones por conseguirlo, además de contratar personas sin necesidad de tener que llenar una vacante.
«No puedes contratar solo cuando necesitas a alguien. No puedes hacerlo solo a tiempo parcial. Si quieres encontrar buenos empleados, eso no es suficiente«, pensaba sobre la manera de contratar a alguien.
También pensaba: «tengo mi gorra de reclutamiento puesta todos los días. Cuando estoy en un restaurante o en una tienda minorista, si noto a alguien que trabaja duro y sonríe, le doy mi tarjeta y le digo, si está buscando una gran carrera, con tiempo libre pagado y seguro, llámeme. Hago esto un par de veces cada mes».
iPhone de primera generación se vende en 39,340 dólares
Un iPhone de primera generación que fue fabricado en 2007 y sellado en su caja original, fue vendido en más de 39,340 dólares en una subasta organizada en Boston, Estados Unidos; y se convierte en el dispositivo móvil de Apple más caro en la historia.
El evento fue organizado por la casa de subastas premium LCG, lugar donde se presentó al dispositivo con un precio inicial de 2,500 dólares cifra que aumentó un total de 28 veces por parte de compradores anónimos antes de alcanzar su precio final que supera los 39,000 dólares.