Estás trabajando y, de repente, tu nariz comienza a sangrar. Otro día, te estás poniendo los zapatos y empiezas a sangrar de un modo nada usual. No sabes qué sucede, pero el caso es que notas que últimamente te están ocurriendo eventos fuera de lo común en ese sentido. Pues bien, es posible que tengas un déficit de vitamina K.
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¿Ha escuchado hablar de esta? ¿No? Pues, no eres el único. Hay otras vitaminas más populares que la vitamina K, a pesar de ser tan necesaria como el resto. Por ello, queremos presentártela y que conozcas los síntomas asociados a su bajo consumo.
¿Qué función tiene la vitamina K?
Quienes toman acenocumarol (conocido medicamento llamado Sintrom) conocen muy bien la vitamina K, la cual se encarga de que la coagulación de la sangre se lleve a cabo de manera correcta. Quienes consumen la referida medicina, tienen prohibido el consumo de vitamina K, ya que el objetivo de este medicamento es evitar que se produzca un exceso de densidad en la sangre.
Así, cuando tu sangre está líquida, corres el riesgo de sufrir hemorragias incontrolables en los momentos menos esperados, tales como en una visita al dentista, al podólogo, entre otros. Y en último término, puedes llegar a sufrir un derrame cerebral.
Para evitar lo anterior, se recomienda consumir una dosis adecuada de vitamina K. La buena noticia, en este sentido, es que hay muchos alimentos que la contienen. Para distinguirlos, busca los alimentos de color verde, por lo que te será sencillo dar con ellos.
¿Cuáles son los síntomas de un bajo consumo de vitamina K?
Cuando no consumes la suficiente cantidad de vitamina K que tu cuerpo necesita, puede que presentes alguno de los siguientes síntomas:
1. Hemorragias
Como referíamos anteriormente, cuando tienes la sangre muy líquida, te haces más propenso a sufrir hemorragias. Por ejemplo, un pequeño corte mientras cocinas podría convertirse en un serio problema, ya que sería muy complicado detener la hemorragia.
En este sentido, es importante que chequees tus niveles de vitamina K. Ten en cuenta que si vas al dentista o te sometes a alguna intervención o cirugía menor, puede complicarse sobremanera. Asimismo, tampoco puedes olvidar la posibilidad de hemorragias internas, más o menos invasivas.
Indistintamente de su gravedad, estas pueden constituir un problema muy serio para tu salud y para tu vida a largo plazo.
2. Aparición de hematomas
La manifestación más benigna de una hemorragia es un hematoma. Este consiste en la acumulación de sangre como consecuencia de una hemorragia. Sin embargo, su frecuente aparición puede representar una ventaja, en el sentido de que te puede poner en aviso de tu bajo consumo de vitamina K.
Hay personas que se quejan de que al más mínimo golpe, se les produce un hematoma. Otras afirman que ni siquiera entienden por qué se les presentan, ya que no recuerdan que les haya ocurrido algo que los pudiera causar, sin embargo, igualmente, se les forman.
Ante este síntoma, es recomendable la realización de un análisis de sangre para medir los niveles de vitamina K en el cuerpo.
3. Síndrome purpúrico
Comprende la proliferación de manchas púrpuras o rojas en determinadas zonas, debido al amontonamiento de sangre. A diferencia de los hematomas, estas manchas no desaparecen. Lo más frecuente es que se presenten en los tobillos, ya que es un lugar crítico en cuanto a circulación.
Si sufres de este síndrome y aunque te sea imposible deshacerte de las manchas que ya tienes, con un mayor consumo de vitamina K, impedirás que sigan reproduciéndose. No obstante, deberías tener muy en cuenta que constituyen un indicio de que pueden tornarse en algo más grave o delicado.
4. Calcificación excesiva en las articulaciones
La vitamina K actúa como un conductor haciendo que la vitamina D se sitúe en los lugares adecuados. En consecuencia, cuando tus niveles de vitamina K son bajos, la vitamina D se acumula en las zonas equivocadas, tales como las articulaciones y los cartílagos.
¿Qué significa esto? Que demasiado calcio dificulta su movimiento, al tiempo que otras zonas se hacen débiles por la ausencia del calcio necesario.
¿Tienes alguna inquietud? Consulta con tu médico
Por tanto, permanece alerta a cualquiera de estos síntomas, ya que si bien la mayoría son benignos, constituyen una advertencia, una señal de que tu salud puede estar corriendo riesgos. Por ello, en cuanto notes alguno, lo recomendable es que acudas a tu médico de confianza y solicites una revisión completa.
Una vez que el médico te haya realizado un chequeo, sigue sus indicaciones para poder mejorar y tener una buena calidad de vida.
Fuente: Mejor con Salud.
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