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viernes, noviembre 22, 2024

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REDACCIÓN. Aproximadamente un 5 % de la población tendrá un ataque de apendicitis en algún momento de su vida. Y si bien es cierto que el rango de edad que tiene más riesgo de sufrirla es entre los 10 y los 30 años, puede ocurrir a cualquier persona.

La apendicitis se presenta de forma repentina y su principal síntoma es el dolor abdominal, una molestia que puede confundirse con otros trastornos como un acúmulo de gases, molestias ginecológicas, cálculos renales o en la vesícula biliar, entre otros. Pero una es una urgencia médica y detectarla a tiempo es fundamental.

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¿Cómo se produce una apendicitis?

El doctor José M. Raventós Negra, especialista en Cirugía General y Digestiva del Centro Médico Teknon de Barcelona, explica que «el apéndice es un órgano de estructura tubular de unos 8-9 cm de longitud que se sitúa en la parte inferior derecha del abdomen (una zona conocida como fosa ilíaca derecha).

Asimismo, reitera que el apéndice comunica con el intestino grueso. La apendicitis es la inflamación o infección de este órgano. Se cree que se produce por obstrucción de la luz del apéndice que conlleva una multiplicación de los microbios que hay en su interior.

En la mayoría de los casos no existe una causa evidente que provoque la inflamación del apéndice.

Otras posibles causas podrían ser la acumulación de contenido fecal (debido a un estreñimiento frecuente) o a un tumor, aunque este último caso se da en un porcentaje bajísimo.

¿Qué hace el apéndice en el cuerpo?

«No tiene ninguna función aunque podría estar relacionado con la inmunidad del intestino», afirma el galeno José Negra.

Y es que la mucosa del apéndice (que está en la cara interna de este órgano) está revestida por unos folículos que tienen cierta acción defensiva pero que en realidad apenas es perceptible dentro del sistema inmune.

Por eso, si se extirpa debido a una apendicitis, su aportación al sistema de defensas es fácilmente sustituible por el resto de elementos encargados de ello (ganglios linfáticos, células hematológicas).

¿Cómo reconocer los síntomas?

La apendicitis no se puede prevenir, sin embargo reconocer sus síntomas a tiempo y acudir al hospital para tratarla, puede evitar complicaciones mayores.

Para saber si un dolor intenso en el abdomen puede ser a causa de una apendicitis, pregúntate cómo es el dolor, en qué lado te duele y qué síntomas lo acompañan.

El dolor de la apendicitis se hace más fuerte al toser o estornudar.

El síntoma principal es el dolor abdominal. Se inicia de una forma bastante brusca en la parte central del abdomen, alrededor del ombligo, y conforme pasan las horas, va aumentando de intensidad. La molestia desciende a la ingle.

El dolor se va trasladando a la fosa ilíaca derecha, situada en la parte baja y derecha del abdomen. Aumenta con la presión en la zona y con el movimiento.

Puede aparecer otros síntomas como náuseas, vómitos, febrícula, distensión abdominal y pérdida del apetito.

«Debemos acudir a urgencias sin comer antes, cuando tenemos la mínima sospecha de que puede tratarse de una apendicitis. El diagnóstico temprano es necesario porque una apendicitis no diagnosticada en las primeras 24-48 horas puede acabar en una peritonitis», explica el doctor.

Si no se trata, el apéndice puede perforarse, lo que provoca que la infección se extienda al abdomen poniendo en riesgo incluso la vida.

Diagnóstico, tratamiento y recuperación

El diagnóstico es clínico, es decir se basa principalmente en los síntomas del paciente y en una exploración abdominal. Se confirma mediante análisis de sangre y/o de orina y pruebas de imagen como la ecografía o el escáner abdominal (TAC).

Durante más de un siglo la cirugía ha sido el tratamiento de elección para las apendicitis agudas. La toma de antibióticos en sustitución de la cirugía es otra opción que ha surgido en los últimos años (siempre y cuando el apéndice no esté perforado).

Aunque es menos agresiva, según un estudio publicado por el British Medical Journal, en el 20 % de los casos de los pacientes tratados con fármacos, la apendicitis vuelve a aparecer.

Muchas personas temen sufrir de apendicitis.

Se opera la apendicitis

«El tratamiento estándar y aceptado es la cirugía urgente, que se realiza habitualmente por laparoscopia y requiere anestesia general», sostiene el médico.

En una laparoscopia se hacen pequeños orificios en el abdomen, no es una cirugía abierta como ocurre con la clásica. Esto facilita que la recuperación sea más rápida y que el riesgo de que la herida se infecte se reduzca.

Además, como las incisiones son muy pequeñas, el resultado es, estéticamente, mucho más discreto. Con la laparoscopia, en caso de que el diagnóstico no sea claro, también permite descartar otras posibles causas sin necesidad de una intervención mayor.

Si la apendicitis se diagnostica tempranamente antes de la perforación, el postoperatorio y la recuperación son rápidos. El paciente puede iniciar la dieta y levantarse a las pocas horas tras la intervención y el ingreso no suele ser mayor de dos días.

Fuente: Saber Vivir.


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