DE MUJERES. Ninguna relación es perfecta pero existen situaciones tóxicas que la sociedad ha normalizado y que pueden llevar a un fracaso inminente si no pones un alto.
Estar en una relación que se define como “pasivo-agresiva” puede parecer algo completamente normal en estos tiempos, sin embargo puede ser más dañino de lo que crees.
Sí, llevarse pesado o el compensarse con regalos cada vez que hay un conflicto no significa que tengan todo bajo control y mucho menos define una relación sana.
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Las personas pasivo-agresivas tienen dificultades para expresar sus sentimientos verbalmente. Esto los lleva a suprimir ciertas emociones negativas para después canalizarlas en su pareja de forma “disfrazada”. Ya sea que se refleje procrastinando, expresando mal humor o actuando obstinadamente, termina siendo una situación tóxica.
La agresión pasiva es un comportamiento indirectamente agresivo en lugar de directamente agresivo. Esto es que no se manifestará en un puñetazo en la cara, pero cuando vierten esa ira en ti a través de ciertas bromas, comentarios o actitudes, puede sentirse como tal.
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Señales de que tu pareja es pasivo-agresiva
Te hace dudar de tu percepción
En los últimos años, el término “gaslighting” se ha utilizado para definir a la manipulación en la que tu pareja te señala de “loca” y te hace cuestionar la realidad.
Durante una discusión, una persona pasivo-agresiva dirá que estás reaccionando de forma exagerada o que tú eres la agresiva.
Juega el papel de víctima
Tu pareja puede victimizarse diciendo que todo es culpa suya pero con la intención de hacerte sentir mal. Siempre puede encontrar una excusa y esta actitud puede llevar a un comportamiento autodestructivo.
Te recrimina sus necesidades o demandas
En una relación sana, ambos buscan tener un balance entre sus necesidades y demandas sin embargo esto no sucede en una relación pasivo agresiva.
Esa persona dirá que tus necesidades o demandas son exageradas o injustas, convirtiendo la relación en algo unilateral donde pareciera que uno “merece más que el otro”.
Es un procrastinador
Dejar las cosas para después pareciera ser una actitud “normal” pero cuando se vuelve una constante y comienza a afectarte, deja de serlo.
Si tu pareja es alguien que evita los compromisos, se apega a los horarios y sigue posponiendo las cosas, puede ser una agresión pasiva. Estas personas evitan cumplir promesas, acuerdos o responsabilidades.
Obstaculiza tus planes
Si haces planes de vacaciones, eliges un restaurante para comer o seleccionas un lugar para vivir cuando buscan un espacio, la persona pasivo-agresiva siempre encontrará fallas en tus propuestas.
Es su forma de decir “no” de forma indirecta, sin embargo, el criticar tus decisiones hace que te haga sentir que estás mal y sólo obstaculiza tus planes.
¿Por qué las relaciones pasivo-agresivas conducen a la soledad?
Según los expertos, las parejas pasivo-agresivas son generalmente codependientes y, al igual que los codependientes, sufren de baja autoestima por lo que necesitan reafirmación constante de su valor.
Las personas que lidian con una pareja pasivo-agresiva pueden sentir un abandono emocional y culpa de lo que sucede ya que no hay una estabilidad.
Abordar estos problemas con una pareja pasivo-agresiva puede ser difícil ya que no hay una disposición a escuchar o cambiar y el apego continúa. Considera buscar ayuda profesional e involucrar a un terapeuta o consejero de relaciones.
Independientemente de la solución que mejor se adapte a tu relación es importante que tú misma establezcas los límites, incluso si eso significa romper.
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