Tener lombrices puede ser una afección que suele desagradar e incluso asustar a muchas personas, pero no debes avergonzarte si la sufres. Las lombrices intestinales son un padecimiento bastante común y que, según estudios de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, se está convirtiendo en un problema de salud pública en algunos países.
Si las tienes, solo debes consultar a tu médico y seguir sus indicaciones para mejorar tu salud de forma rápida. Es necesario estar atentos a los síntomas y recibir tratamiento, ya que se ha demostrado que los parásitos podrían ocasionar complicaciones, especialmente en niños.
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A continuación te contaremos qué son exactamente las lombrices intestinales y algunos síntomas para que puedas advertir su presencia.
¿Qué son las lombrices intestinales?
Los parásitos son organismos que viven y se alimentan a partir de otro organismo. Su supervivencia depende de la nutrición y salud del cuerpo humano.
Los parásitos intestinales pueden comenzar a habitar en tu cuerpo de varias maneras. La forma más común en que nuestros cuerpos pueden ser infectados es a través de la ingesta de alimentos poco cocinados. Las larvas pueden camuflarse fácilmente en la carne de res y de cerdo crudas.
También es posible que el agua esté contaminada, así como la fruta o los vegetales sin cocinar. Otra forma de contaminarse de parásitos es por el contacto con animales (incluso domésticos como gatos, perros y pájaros).
Síntomas que alertan de lombrices intestinales
Diarrea
La diarrea es un síntoma común a varias enfermedades, no únicamente a las lombrices intestinales. Puede aparecer por muchas razones, desde consumir comida en mal estado hasta por infecciones cardíacas.
La diarrea es un síntoma muy común en los casos de parásitos intestinales unicelulares. Este tipo de parásitos a veces son llamados lombrices, aunque son imperceptibles a simple vista.
En el caso de las lombrices de gran tamaño, desde una pulgada en adelante, la diarrea sólo aparece cuando existe una superpoblación en el intestino. En este caso, el paciente podría llegar a observar las lombrices en las heces.
Dolor abdominal
Muchos pacientes pueden confundirlo con calambres, pues el dolor abdominal asociado con las lombrices intestinales es intermitente y bastante fuerte. Existen mujeres que ignoran este síntoma de parásitos intestinales por su parecido con fuertes dolores menstruales.
El dolor abdominal causado por lombrices afecta la parte baja del torso, más cerca de la entrepierna que del estómago. De hecho, existe una correlación entre el síndrome del intestino irritable y la parasitosis, según afirman algunos estudios.
Este síntoma indica la presencia lombrices largas que se alimentan directamente de las paredes intestinales, lo que irrita las terminaciones nerviosas y causa fuertes dolores.
Crecimiento lento
Este síntoma es uno de los más comunes en niños y jóvenes. Las lombrices intestinales consumen una gran cantidad de vitaminas y minerales necesarios para el crecimiento.
Los niños que tienen parásitos suelen ser más bajos y más delgados que la mayoría. Además pueden tener poca energía. Si tu hijo duerme mucho tiempo al día y está cansado cuando despierta, es posible que sufra de lombrices.
Fatiga
La fatiga es un síntoma de posible desnutrición más que de las lombrices por sí mismas. Cuando las lombrices ingieren más nutrientes que el cuerpo humano infectado, la persona puede sentirse débil y soñolienta. Si observas cambios en tus niveles de energía, comienza a estar alerta ante la posible aparición de otros síntomas.
Tos seca
Hay varios tipos de lombrices que habitan en el intestino humano la mayor parte de su ciclo de vida. Sin embargo, durante la primera etapa, cuando apenas son larvas, pueden desarrollarse en otras partes del cuerpo.
Esto puede causar inflamación de los tejidos sensibles. La tos seca que no se alivia con remedios antigripales o para aliviar la garganta puede indicar parásitos. Este síntoma puede ser bastante molesto e incluso doloroso.
Cambio en el apetito
Las lombrices intestinales representan una masa extraña alojada en el cuerpo. Aunque físicamente no sientas su presencia, tu cuerpo recibe estímulos nerviosos del intestino constantemente.
Estos estímulos le indican al cerebro que el intestino está lleno, aunque evidentemente no puede identificar si es comida procesada o lombrices. De esta manera, es posible que sufras un repentino cambio en tu apetito, comiendo cada vez menos y sintiéndote satisfecho con una menor cantidad de comida.
Por otra parte, existen algunos tipos de lombrices que procesan demasiados nutrientes. Esto hace que el cuerpo sufra un déficit nutricional. En este caso, puede que sientas hambre mucho más a menudo, y que aumentes tu consumo de alimentos.
Debemos estar muy atentos cuando cualquiera de estos síntomas se presentan. Es poco probable que uno solo de ellos indique de manera directa la presencia de parásitos en el organismo. Sin embargo, si observas que dos o más síntomas aparecen al mismo tiempo, es recomendable que consultes a tu médico.
Fuente: Mejor con Salud.
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