DE MUJERES. Julianne Moore ha aprendido de los mejores profesionales en set de trabajo, con maquilladores y estilistas ha logrado el mejor resultado en su piel a través de la luminosidad. La protagonista de Siempre Alice es una de las celebridades que mejor piel luce pasados los 60.
La luminosidad que adora Moore, es un efecto que traduce de la pantalla a la realidad porque cuando se trabaja delante de una cámara lo que se busca a toda costa es que la luz se refleje en el rostro.
Para conseguirlo, recurre al socorro de dos facialistas (además de su rutina de belleza): Teresa Tarmey y Fabricio Ormonde. En la clínica de Nueva York de este último es donde ha descubierto el poder de la radiofrecuencia.
«Ha sido un cambio clave, porque mantiene tu piel en forma y no es nada invasiva. Mi cara es parte de mi medio de vida, así que necesito reconocerme al mirarme al espejo y mantener su movilidad», explicó Moore en una reciente entrevista para Vogue UK.
Además de su obsesión por mantener la piel correctamente hidratada, la actriz está empeñada en mantener la belleza natural de la piel sin enmascararla. «Conviene averiguar cómo resaltar los rasgos de cada persona: si tiene algo distintivo no hay que borrarlo, sino acentuarlo de forma que quede bonito y le dé confianza», comenta la actriz.
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La radiofrecuencia: el facial preferido por Moore
Para conseguir mantener su piel naturalmente bella, la actriz confía en este tratamiento facial cero invasivo. «La radiofrecuencia es la mejor forma de hacerlo. Puede requerir mucho tiempo, pero los resultados son increíbles», asegura.
Técnicamente, este tratamiento facial consigue mejorar la circulación sanguínea, el drenaje linfático, el tejido subcutáneo y, sobre todo, la producción natural de nuevo colágeno.
Mediante la aplicación de ondas electromagnéticas, se van calentando las diferentes capas de la piel de forma controlada para luchar, principalmente, contra la flacidez. Con la formación de ese nuevo colágeno, las fibras adquieren mayor elasticidad para que la piel se sienta y vea más tersa y firme.
Es un tratamiento absolutamente indoloro que, como única contraindicación es un leve enrojecimiento de la piel. Su gran hándicap es lo que la actriz corrobora: se necesita tiempo para ver los resultados. Concretamente entre entre 4 y 10 sesiones, según el tipo de piel.
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