El pasado sábado por la noche se registró un tiroteo masivo en un supermercado de Buffalo, en Nueva York, el cual dejó como saldo 13 personas fallecidas.
El tiroteo fue perpetrado por un joven de tan solo 18 años identificado como Payton S. Gendron, defensor a ultranza de ideas supremacistas de la raza blanca.
El tirador disparó a varias de sus víctimas antes de entrar en el supermercado y continuar con la masacre.
Una de las personas a la que disparó en el exterior del establecimiento habría sido Roberta Drury, una mujer de 32 años, que estaba entrando a hacer la compra.
Sin embargo, fue su amiga quien corrió con un poco más de suerte.
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Ese es el caso de Cristal Tino, quien en entrevista para CNN, indicó que justamente iba camino al supermercado de Buffalo, en donde quedó de verse con su amiga, pero decidió hacer antes una pequeña parada para comprar un café.
Cristal narró que minutos antes del tiroteo se comunicó por teléfono con su amiga, quien resultó ser una de las víctimas mortales.
Para matar tiempo… fue por unos cafés
Tino quedó de pasar por ella para que no volviera cargada con todas las bolsas de la compra, pero antes de llegar al supermercado, decidió ir a comprar una café para ella y su amiga.
“Cuando llegué, viré a comprar un café porque sabía que todavía ella iba a estar dentro comprando”, explicó Cristal.
“Para matar el tiempo, fui a comprarme un café y uno a ella (…) Ella no llegó a entrar, fue caminando y ahí le disparó”, continuó la mujer acerca de su amiga Roberta, la cual justamente se encontraba ingresando al supermercado cuando Gendron le disparó.
Tras la desgracia ocurrida, la sobreviviente al tiroteo de Buffalo indicó que está contemplando mudarse, ya que no podría soportar la idea de seguir viviendo en el mismo lugar sabiendo que su amiga no estará ahí.
Un crimen de odio
El caso está siendo investigado como un crimen de odio dado que 11 de las 13 personas a las que disparó eran negras. Además, se encontró un supuesto escrito racista que podría estar relacionado con él. Sus víctimas tenían entre 20 y 86 años.
De acuerdo con el jefe de la policía de Buffalo, Joseph Gramaglia, el tirador tenía planes de «continuar con su matanza y seguir disparando a la gente».
Asimismo, se había hablado sobre la posibilidad de ir a otra tienda.
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