Fue un 23 de Julio, 2011, que el mundo conocía de la muerte de la super estrella Amy Winehouse. Como era de esperarse, la gran mayoría del público comenzó a especular sobre las causas de su muerte. Hablaban de una sobredosis de drogas o episodio de alcoholismo.
Su vida privada era tan pública como su música, siempre en el ojo de las cámaras. Cada error que cometía era noticia, cada locura, cada novio, cada sobredosis. Tanto los medios como el público, siempre al tanto de que pasaba con la vida de esta mujer llena de tatuajes y peinado estilo de colmena, que nunca pasaba desapercibido.
Amy Winehouse murió a los 27 años de edad. Convirtiéndose en parte del «Club de los 27», término con el cual se refieren a los artistas que han muerto a los 27 años de edad. Entre ellos: Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Cobain. Dentro del mundo de la música, estos músicos están entre los más respetados y trascendentes por su personalidad y estilo, pero más por su auge y hegemonía en la música durante sus cortas vidas y más allá.
La autopsia de Winehouse luego reveló que murió a causa del síndrome de abstinencia. El cual consta de una serie de reacciones físicas cuando una persona deja de consumir drogas, alcohol u otras substancias adictivas. Winehouse estaba haciendo un esfuerzo por combatir sus adicciones y tal parece la vida le hizo una mala jugada.
Winehouse tuvo una corta carrera musical, no obstante llena de éxitos, de los cuales cualquier artista quisiera alardear. Su álbum Back to Black le consiguió 6 nominaciones a los premios Grammy. Los más importantes de la música actual, de los cuales ganó 5. La primera artista británica que ha logrado este número récord en premiaciones Grammy en una sola noche. Esto convirtió a Winehouse en un ícono mundial, en especial entre artistas femeninas y las dedicadas a la música soul. En el 2012 la cadena VH1 la nombró entre las 100 mujeres más influyentes de la historia de la música.
La pérdida de Winehouse me inunda de tristeza, incluso hoy, 5 años después de su muerte. Suele suceder que nuestras sociedades son tan duras al juzgar la vida privada de personas que por otro lado aportan tanto a la sociedad.
¿Y no es ella la que murió por drogas? Esta es la respuesta de varias personas al referirse a Winehouse.
¿Cuánto perdemos al marcar las personas basados en convicciones sociales o religiosas de lo que es correcto o no? Con esta pregunta me refiero a si tal vez Winehouse nos hubiera deleitado unos años más con su espectacular música de haber recibido apoyo y no críticas sociales que la hicieron tomar el camino de la abstinencia que eventualmente causó su muerte.
¿No podemos sólo ver a las personas por lo que aportan, en vez de juzgarles por lo que el mundo nos dice que es «bueno o malo»?
Winehouse vive en los corazones de los que supimos apreciar la calidad músical y el espíritu que transmitía en su música.
