YORO, HONDURAS. La escuela Jaime O´Leary, ubicada en El Progreso, se encuentra pasando una situación difícil, pues por las condiciones en las que se encuentra podría cerrar, dejando a cientos de alumnos a la deriva.
Este centro educativo es el más grande que tiene el municipio, pero sus instalaciones los están obligando a rendirse.
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La infraestructura de esta escuela está completamente dañada y se observan las ruinas.
En la zona hay láminas que cuelgan en los pasillos y caen en los pupitres. Además, no tienen el mobiliario suficiente y cuando llueve es un calvario, pues tienen goteras o agua estancada.
Pero, las necesidades no solo son materiales, pues hay 44 docentes que claman por una pronta respuesta de la Secretaría de Educación.
«Es lamentable la situación que estamos viviendo en la escuela, ya que no contamos con apoyo. Es triste porque tenemos más de mil niños matriculados que están con el riesgo que no aprender el próximo año. Se puede observar el riesgo diario que vivimos, es trágico», manifestó una maestra.
«Es preocupante, me da miedo, los niños andan ahí, nos preocupa, esto no es de ahorita, es de años atrás. Este año supuestamente iban a venir, pero como que ese proyecto se lo llevaron para otra escuela», expresó otra catedrática.
Sin respuestas y sin apoyo
Un exalumno de la institución que brindó declaraciones en Hable Como Habla (HCH) profundizó que desde que él salió sigue viendo la misma infraestructura.
«El temor aquí es que suceda algo, que le pase a los niños o a los maestros cuando se está en el tiempo de clases, no se puede seguir así, nos preocupa demasiado», añadió.
Las autoridades de la escuela no han obtenido respuestas y cuando quieren apoyo por parte de la Municipalidad de El Progreso, se libran y les dicen que eso le corresponde a la Secretaria de Educación.
Pero por el contrario, este ente tampoco les dice nada e incluso han viajado a Tegucigalpa, para tener una reunión con el Ministro, pero este tampoco los ha atendido.
La escuela se está cayendo a pedazos y lo único que piden los maestros, estudiantes y padres de familia, es que les ayuden con las reparaciones, pues así, la institución podrá continuar con sus labores de enseñar.