EE.UU.-“No estoy preocupada por las teorías conspirativas”. Con esas palabras la candidata demócrata Hillary Clinton, negaba la semana pasada que tuviera problemas de salud, una idea que había tomado fuerza luego de que en un evento en Cleveland, Ohio, le diera un ataque de tos, el que se repitió horas más tarde frente a periodistas. La ex secretaria de Estado había afirmado que se trataba de la “estrategia retorcida” de su rival republicano, Donald Trum
Esto, porque hace meses que el empresario había cuestionado la salud de la abanderada demócrata, afirmando que no tiene la “fuerza” y “resistencia” para asumir la Presidencia. Trump ha dicho que Clinton está “agotada” y la ha acusado de “dormir demasiado”. Lo mismo ha hecho el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani.
Pero la discusión sobre el estado de salud de la candidata tomó aún más fuerza el domingo, luego de que se viera obligada a abandonar de forma precipitada un homenaje por el aniversario de los 15 años de los atentados del 11/9 en Nueva York. En un video se ve a Clinton -que tan solo estuvo una hora y media en el evento-, tambaleándose y casi cayéndose antes de subirse a una camioneta. Hillary “desapareció” durante casi dos horas y se refugió en el departamento de su hija, Chelsea, para luego salir a la calle y decir que estaba “bien”. Más tarde se dirigió a su casa en Chappaqua, un pueblo en el norte de Nueva York.
Ningún periodista estuvo autorizado para seguirla, lo que aumentó aún más las dudas. Tradicionalmente, los mandatarios y candidatos viajan con un pequeño grupo de reporteros para dar actualizaciones en tiempo real.
Su campaña aseguró que todo se trató de un “exceso de calor”, pero durante el día, su médico, Lisa Bardack, afirmó que Hillary se había deshidratado y que el viernes había sido diagnosticada con una neumonía. Más tarde la candidata anunció que canceló su viaje programado a California.
El incidente rápidamente renovó la atención sobre el estado de la salud de Clinton. Esto, cuando faltan menos de dos meses para las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. Mientras la contienda presidencial entra en su recta final, este hecho deja en evidencia la escasa información sobre el estado de salud de ambos candidatos. Además, Clinton tiene 68 años y Trump 70.
Este escenario es bastante distinto a lo que ocurrió en 2008, cuando Barack Obama y el republicano John McCain, que tuvo cáncer, publicaron sus informes médicos. McCain puso 1.200 páginas de su historial a disposición de todos.
Hillary Clinton publicó en julio del año pasado un documento de su médico personal donde se explican algunos detalles de su salud: su alergia primaveral y un hipotiroidismo. También se señalan algunos problemas circulatorios que sufrió entre 1998 y 2009 y un coágulo cerebral que sufrió por un desmayo en diciembre de 2012. Si Hillary llega a la Casa Blanca, se convertiría en la segunda mandataria más longeva en asumir el cargo, después de Ronald Reagan, que tenía 69 cuando llegó al poder.
En cambio, si Trump gana, se convertiría en el Presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos en lograr ese puesto. Poco lo que se sabe del historial médico del candidato republicano. El empresario publicó en diciembre una carta con poca información sobre su condición física, firmada también por su médico personal. La misiva tiene cuatro párrafos y destaca que está en condiciones “extraordinarias” para ejercer la Presidencia.
Vinculada: http://tiempo.hn/hillary-se-retira-del-911-calor/
Sin embargo, tras el episodio de Hillary el domingo, afirmó que daría un informe “muy detallado” de su salud. De acuerdo con la cadena ABC, su campaña reaccionó con moderación debido a que es un problema que la misma “Clinton creó y cómo lidie con él podría tener ramificaciones de largo alcance para el resto de la carrera”.
El problema de Hillary se suma a la mala percepción que tienen los estadounidenses sobre su confiabilidad y honestidad. La ex primera dama dijo ayer que esta semana revelaría más detalles de su salud.
