NICARAGUA. El sacerdote nicaragüense, Uriel Vallejos, informó este domingo que abandonó Nicaragua, un mes después de que agentes policiales ingresaran a la fuerza a la parroquia que dirigía, y donde estuvo recluido, con el fin de apropiarse de los equipos de una radio cerrada por las autoridades.
«¡Adiós Nicaragua mía! Me duele respirar en el país fachada», escribió Vallejos, párroco de la iglesia Divina Misericordia, en el municipio nicaragüense de Sébaco (norte), en un mensaje desde Estados Unidos, a donde llegó tras salir por «puntos ciegos» de Nicaragua.
En Twitter, el presbítero compartió un mensaje en el que se despide de Nicaragua con un «Hasta pronto mi bello país de lagos y volcanes», y también pidió no dejar solo al obispo Rolando Álvarez, arrestado desde el pasado día 19 de agosto por el Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega, supuestamente por subversivo, aunque no se ha ofrecido pruebas.
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«Espero con esperanza que no dejemos solo a monseñor Rolando Álvarez, nuestro obispo que se ha sacrificado por nuestro país», instó el religioso.
Vallejos hizo un llamado a la «unidad» y a no negociar con las autoridades, porque «las personas no se negocian, porque no son cosas».
«Esperamos la pronta liberación de mi obispo, de los sacerdotes, seminaristas y laicos. Es el momento de demostrar de que lado estamos, del lado de la verdad o del confort», señaló.
Asimismo, pidió a los católicos no acomodarse «al silencio, sobrevivencia y negociaciones», porque, insistió, «la libertad y la vida no se deben negociar». «Bendiciones a todos hasta el regreso en tierras de liberación. ¡Viva Nicaragua libre!», concluyó.
ESTUVO ENCERRADO EN UNA PARROQUIA
A inicios del mes pasado, Vallejos y sus colaboradores quedaron encerrados en los terrenos del templo, ubicado 101 kilómetros al norte de Managua, cuando un grupo de policías ingresó por la fuerza en horas de la noche para apropiarse de los equipos de una radio cerrada por las autoridades.
Las más graves tensiones entre el Gobierno de Ortega-Murillo y la Iglesia católica se han dado a partir de 2018. El estallido social que nació en contra de una reforma a las leyes de seguridad social fue violentamente reprimido, y la misión profética de justicia y paz de la Iglesia católica empujó a una mayoría de sacerdotes a dar refugio a los manifestantes que huían de la represión policial y paramilitar.
Fuente: EFE
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