TEGUCIGALPA, HONDURAS. Tras 10 meses de «parálisis» por la pandemia del COVID-19, el rubro circense se encuentra agonizando. Algunos de los circos del país han tenido que despedir a sus empleados, pues por las medidas de bioseguridad no han podido continuar con sus presentaciones.
Uno de esos circos es el América, que ha sido uno de los más grandes del país. Su propietario, Rigoberto Valiente, contó que durante 10 meses de pandemia no han podido trabajar y no han contado con la ayuda de nadie.
Él hizo un llamado a las autoridades del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER), para que les permitan trabajar. Además, detalló que de ese circo sobreviven al menos 30 personas sin apoyo de nadie.
Mencionó que ellos cuentan con las medidas de bioseguridad necesarias, por lo que invitó a que las autoridades de SINAGER lleguen para comprobarlo. Agregó que cada instalación está separada, incluso que existe una separación de 2 metros por persona.
La crisis que vive la industria circense se ha vuelto difícil, a tal grado que Valiente dijo que su circo tiene capacidad para 1,000 personas y solo pide que lo dejen trabajar con 100.
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Solo Honduras no deja trabajar los circos
También, reprochó que Honduras sea el único país que no está dejando trabajar a los circos y ejemplificó que en Guatemala se ha permitido que laboren bajo medidas de bioseguridad.
Además de Guatemala, también en El Salvador y Nicaragua. En estos países se están cuidando y promete que si ellos reciben personas, también los van a cuidar.
«Queremos ser apoyo de estados, queremos ser apoyo de las autoridades. Si alguien llega al circo y no lleva mascarilla no se le deja entrar o yo personalmente les doy una de forma gratuita», dijo.
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