Redacción. El municipio de El Progreso, en el departamento de Yoro, es conocido como «La Perla del Ulúa», por estar ubicado a orillas del río Ulúa, cuerpo de agua que representa una importante fuente de agua con múltiples afluentes, pero también representa un peligro cuando su caudal crece.
El río cuenta con 64 kilómetros de bordo, por lo que la exposición ante una inundación del río Ulúa, traería consecuencias para muchos progreseños.
«Estimamos que en el área rural unas 74,000 personas están en riesgo de inundaciones y, sumadas las de área urbana, bien superan las 90 mil personas«, dijo a Diario Tiempo, Ramón Rodríguez, coordinador del CODEM de El Progreso.
La amenaza que representa el río Ulúa afectaría cerca de unas 20 mil familias. Y si se habla de amenazas por deslizamientos, se sumarían más familias.
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Rodríguez dijo que ya tienen listo y actualizado el plan de emergencia y el de contingencia ante cualquier eventualidad que pueda provocar la temporada ciclónica.
«Para el 5 de julio tenemos programado la realización de un simulacro que nos permitiría evaluar la efectividad de nuestros planes», dijo el coordinador del CODEM. Por otra parte, tienen organizados los comités de emergencia locales en las comunidades, barrios y colonias que tienen mayor índice de posición ante inundaciones, explicó.
Pérdidas en infraestructura por Eta e Iota
Rodríguez recordó que, con el paso de la tormenta Eta y el huracán Iota, El Progreso sufrió daños superiores a los 1,500 millones de lempiras. Estimación que surgió luego de hacer un levantamiento de daños clasificados en obras mayores, menores y daños a viviendas.
Se contabilizaron daños en infraestructura vial, bordos, puentes, viviendas, sistemas de abastecimiento de agua potable, infraestructura educativa y salud, entre otros.
«Arriba de 3,600 viviendas fueron dañadas, de la cuales 640 fueron destruidas completamente. Esta fue la herencia que dejó Eta e Iota en nuestro municipio», dijo Rodríguez.
Zonas vulnerables a crecidas del río Ulúa
El titular del CODEM indicó que ya tienen identificadas las zonas que pueden ser afectadas directamente en caso de tener un desbordamiento del río Ulúa.
Entre ellas están las del sector sur que comprende Guajira, donde hay cinco comunidades que, en un evento de mediano calado, se van a ver afectadas. Estas son: Finca 10, Finca 11, aldea El Socorro, La Tarrera y la Cuatro de Marzo.
En el área urbana hay otras zonas que son bastante vulnerables a inundaciones por crecidas o desbordamiento del río Ulúa que comprende unas ocho colonias: Palermo, Fraternidad y sus alrededores, Policarpo Paz García, Fátima y Centroamericana.
El mismo riesgo corren la Dos de Julio, San Martín y barrio San Miguel. Además, la vulnerabilidad también abarca a varios asentamientos informales que se han organizado o instalado en los últimos dos años, conformados por unas 300 familias.
Y en el sector norte, aguas abajo del casco urbano del municipio, hay dos sectores importantes. El primero es el que comprende los Ex Campos Bananeros #1, que comienza desde aldea Buena Vista hasta Urraco Pueblo; y el sector de Ex Campos Bananeros #2, que es desde Urraco Pueblo hasta la aldea La Dora.
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Albergues disponibles
Rodríguez indicó que, ante un evento grande, los recursos que disponen no cubrirían todas las necesidades que pueden presentarse. «Tenemos lo básico, que va desde una cantidad de colchonetas, frazadas y estufas para equipar los alojamientos temporales», expuso Rodríguez. Por mucho esfuerzo que haga el Gobierno local, no alcanzan a cubrir todas las necesidades, detalló.
«Tenemos unos 10 alojamientos ya predeterminados en casos de emergencia. También tenemos identificados otra cantidad de albergues que pueden irse habilitando, conforme a la necesidad». Durante Eta e Iota construyeron 92 alojamientos temporales y durante la tormenta Julia, 34, explicó.
La labor de rescate no es fácil. Sólo de los Ex Campos Bananeros #1 a Urraco Pueblo hay 17 comunidades. Cuando evacúan a todos los habitantes los trasladan desde su lugar donde de asentamintos hasta la ciudad y se demoran hasta 4 horas en lancha.
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Rodríguez indicó que la municipalidad ha ido dotando de lanchas al Cuerpo de Bomberos. Actualmente, la alcaldía ejecuta reparación de bordos y vados para mejorar la condiciones del municipio ante la llegada del invierno.
El también especialista en gestión de riesgos, mostró su preocupación indicando que, lo que se está viviendo en la cuenca baja del Valle de Sula es producto de la degradación de la cuenca de la parte alta de los ríos.
«Si no atendemos esas montañas que están deforestadas, si no atendemos la explotación de canteras en la cuenca del río, nosotros vamos a dragar el río o a construir represas, pero a los tres años esto va a estar igual», lamentó.
Es necesario el dragado de los ríos y la construcción de las represas, pero si a estos dos componentes no se le agrega la atención a la cuenca alta, Rodríguez estima que en tres o cuatro años volverán a estar igual, porque los niveles de azolvamiento van a ser los mismos.
FEDEPAPRO gestiona reparación de bordos
Maynor Antonio Sabio Sarmiento, presidente de la Federación de Patronatos Progreseños (FEDEPAPRO), conformada por 300 patronatos, manifestó a Diario Tiempo que están gestionando con la alcaldía progreseña la reparación de los bordos ante la llegada del invierno.
«Estamos esperando lluvias fuertes y ante eso estamos trabajando al máximo. Actualmente la alcaldía está reparando los bordos de la colonia Óscar Rubí, Finca Cobb y Naranjos Chinos», dijo Sabio.
También añadió que les preocupa que los campos bananeros vuelvan a perder todos sus cultivos y viviendas ante la presencia de lluvias. Actualmente, la gente que construye en esos sectores está haciendo barracones para estar preparados ante las inundaciones.
Rosa Vilma Pineda, vecina de la aldea Miller en El Progreso, es una de los pobladoras que sufrió los abates de los fenómenos Eta e Iota. «Me arrancó la cocina que era de madera. Y el resto de la casa que es de material, la tengo rajada desde las paredes hasta el piso», dijo Vilma, quien lamenta que todavía no se recupera económicamente de esa pérdida.
Vilma indicó que el río Guaymitas es el que les hace daño porque le cae el río Ulúa, provocando que se embolse toda el agua en su comunidad.
Lo dijo
«Le recomendamos a la gente que estén pendientes de los boletines oficiales y no dejarse guiar por lo que circulan en redes sociales donde desinforman y publican videos de eventos pasados y eso provoca un caos entre la población«, dijo Ramón Rodríguez, coordinador del CODEM de El Progreso.
«Cuando sufrimos las lluvias de Eta e Iota, fueron muchas las personas que recurrieron a albergues. Estuve a cargo de los albergues de las aldeas Las 40, Guaymitas, San José del Callo, Mila, El Caimito y La 29. Solo en el albergue de la aldea Las 40 habían unas 600 personas«, manifestó Maynor Sabio, presidente de FEDEPAPRO.
«Las autoridades nos dicen que nos van a ayudar a reparar los bordos, pero nada que lo hacen, solo los vienen a ver«, dijo Rosa Vilma Pineda, vecina afectada con las pasadas tormentas de Eta e Iota.