Tegucigalpa, Honduras. Restaurantes a nivel nacional se han visto obligados al cierre de sus operaciones, por el incremento del cobro de la extorsión realizado por maras y pandillas.
El representante de la Asociación Gastronómica de Honduras de Chefs Profesionales (AGCPH), Kenneth Rivera, es una de las personas que se ha manifestado ante la situación.
Rivera mencionó que se encuentran a la espera de que la Policía Nacional interponga sus buenos oficios para dar seguridad al rubro gastronómico.
«Mientras no se dé una solución continuarán los cierres en restaurantes, porque no ajusta para cumplir los pagos de extorsión y contratación de vigilancia», detalló.
Además, exigió que se le dé prioridad, en vista de que son parte relevante en la creación de puestos de trabajo y en el crecimiento de la economía.
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La extorsión y su problemática
La problemática de la extorsión ha sido más visible en las ciudades grandes y desarrolladas en el territorio hondureño, pero se ha extendido a distintas zonas turísticas.
Entre estas zonas se menciona Ojojona, Lago de Yojoa, Valle de Ángeles, Cantarranas y Zambrano, que son visitadas por extranjeros y locales.
Otro de los factores que afecta el rubro gastronómico es el incremento que ha sufrido la materia prima, que oscila entre 60 y 80 por ciento para la elaboración de alimentos.
Otros rubros afectados por la extorsión
Esta semana 50 unidades de transporte de la ruta Cerro Grande- UNAH-Sosa se paralizaron por constantes amenazas de grupos criminales dedicados a la extorsión.
En declaraciones, los transportistas relataron que normalmente pagan una cuota de 1,000 lempiras semanales, sin embargo, les han aumentado la tarifa a 1,600 lempiras a la semana.
Actualmente, se conoce que son siete rutas de transporte que se han paralizado en la capital por el motivo de extorsión.
Asimismo, algunos de los transportistas lamentaron la situación, ya que los grupos criminales solo se presentan al lugar para llevarse su dinero.
Además, aseguraron que en ocasiones pagan el famoso impuesto de guerra a cinco bandas criminales diferentes.
Es decir, si pagan 1,000 lempiras a cinco grupos de extorsión, tienen una pérdida semanal de 5,000 lempiras o más, dependiendo de la cantidad solicitada.
Por otra parte, los transportistas de la ruta Cerro Grande se negaron a dar testimonio por temor a las represalias de los grupos antisociales.
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