TEGUCIGALPA, HONDURAS. En condiciones inhumanas se encuentran los reos en la cárcel de Choluteca, incluso, algunos presentan problemas de salud, así lo denunció Jóvenes Promotores Y Defensores De Los Derechos Humanos (Joprodeh).
Según la denuncia, muchos de los prisioneros son sospechosos de COVID-19, otros presentan síntomas de dengue y tuberculosis. Lo preocupante es que no hay dónde atenderlos. Entre tanto, los familiares de los privados de libertad denuncian que aún no reciben una respuesta por parte del director de ese centro.
Los parientes aseguran que a los reos no les están dando asistencia médica. Además, denuncian que en ese reclusorio no se cuentan con las medidas de bioseguridad y tampoco se permite el ingreso de medicamentos.
Ante dicha situación, hacen un llamado al Instituto Nacional Penitenciario (INP9, para que se tomen las medidas correspondientes. De igual forma, para que se comiencen a aplicar los protocolos de bioseguridad establecidos y de esa forma garantizar la salud de los privados de libertad. Por otra parte, también demandan atención médica para los que presentan síntomas de otras patologías.
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Se desconoce la cantidad de privados de libertad con COVID-19
Es preciso mencionar que el pasado 16 de junio dos reclusos fallecieron a causa del Covid-19 en la Penitenciaría de Támara, indicó la representante de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad, Delma Ordoñez.
Autoridades de la cárcel antes mencionada le habrían informado a Ordoñez que cerca de las 04:00 de tarde falleció un privado de libertad de 61 años de edad. El cual padecía de diabetes e hipertensión.
Mientras que el otro supuesto fallecido por Covid-19, es un joven de 20 años de edad. Según mencionó la representante de la Asociación, el ahora occiso presentaba síntomas y se encontraba en el área de privados de libertad positivos de Coronavirus.
De momento, se desconoce la cantidad de privados de libertad muertos a causa de este virus. Por lo que, los familiares están pidiendo al Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager), que permitan conocer más detalles sobre las pruebas dentro de los centros de reclusión.
«Es difícil porque en término de una semana se dieron ocho muertes y no podemos acreditárselos al Covid-19. Pero todas las personas que han fallecido tuvieron una enfermedad de base», agregó.
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