HONDURAS. Muchos obstáculos se tienen que atravesar, el camino no siempre es el más fácil, pero con esfuerzo, las metas se consiguen, sin importar cuántos años transcurran.
Eso es justamente lo que ocurrió con Reny Gutiérrez Ruíz. Él es el dueño del conocido negocio «La Esquina del Sabor Garífuna«. Es un hombre que ha prosperado poco a poco y tiene una historia que merece ser contada, para demostrar que «cuando se quiere, se puede«.
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El hondureño, de 44 años, charló con Diario TIEMPO. Contó todas las vivencias para llegar hasta donde está ahora. Dio a conocer cuáles fueron los peldaños que tuvo que escalar y, sobre todo, envió un gran mensaje a la comunidad emprendedora.
Reny Gutiérrez Ruíz es originario de Iriona, departamento de Colón. Está casado y tiene tres hijos. Se describe como un hombre que ama el trabajo y el emprendedurismo, que mantiene siempre las ganas de salir adelante y demostrar que en Honduras con esfuerzo, esmero, sacrificio y disciplina «se puede hacer algo«.
Así comenzó todo
El propietario de La Esquina del Sabor indicó que el negocio empezó en el año 2017, allá por marzo. «Fue un sueño que nos costó hacer realidad, pero fue grato. El nombre es precisamente porque iniciamos en una esquina«, precisó.
De tal manera, Ruíz explicó que él comenzó trabajando en la cafetería de una maquila, luego se tuvo que mover a otra, siempre cumpliendo con las mismas funciones.
«Laboré por cinco años, pero dado que la situación económica no era la mejor, decidí emprender, sin nada en las manos, solamente con la capacidad de saber que me gustaba mucho la cocina», afirmó.
Su sueño comenzó gracias al amor y la pasión que tiene por cocinar, pues al principio no contaba ni con efectivo ni con profesionalismo, pero sí tenía dos cosas importantes: el deseo y las ganas de triunfar.
Él relató que allá en 2017 entraba a su trabajo de las 4:30 de la mañana y salía a las 3:00 de la tarde. Tenía que movilizarse diariamente desde Villanueva hasta San Pedro Sula.
La «Esquina», literalmente
El sitio donde vivía, la 27 Calle, fue en donde arrancó con su negocio. Reny dijo que para no llegar tan tarde, pedía permiso a su jefe y así salía unas horas antes. Cuando llegaba a su hogar, solo descansaba unos minutos y después se ponía «manos a la obra«.
«Yo empecé con un anafre y una pequeña estufa para hacer tajadas. Arranqué vendiendo asados», manifestó. Al mismo tiempo, el hondureño comentó que hubo ocasiones en las que no vendía absolutamente nada y todo lo que sobraba debía comérselo él.
No obstante, pese a todo, nunca bajó los brazos, porque estaba convencido de lo que quería. «Siempre supe que no sería fácil, no desmayé», prosiguió.
De igual manera, indicó que la ayuda de su compañera de hogar fue clave para seguir el camino que tenía en mente. Gutiérrez también aseveró que al cabo de seis o siete meses de estar trabajando, el dueño del apartamento le pidió que desalojara, porque ahí ya había una persona que tenía un negocio.
«Seguro él pensó que yo era una competencia desleal. Me sacó un 23 de diciembre, pero conseguí otro lugar», afirmó.
Después de eso, parecía que su suerte cambiaba para bien. Un amigo le ayudó a conseguir un local en una plaza, donde pudo seguir con su venta de comida.
Comienza a ampliar el menú
Pero a los asados se fueron sumando otros platillos, como la sopa de mariscos, los camarones y pescado frito.
«A la gente le empezó a gustar, yo me fui especializando sin ir a una escuela de Gastronomía y por ahí arrancamos bien, allá por 2019», contó.
Sin embargo, en ese momento llegó la pandemia del COVID-19 y la plaza donde tenía su negocio cerró. Sus ingresos se redujeron prácticamente a cero, pero volvió a levantarse gracias al apoyo de la clientela que ya habían ganado.
«No llegué a pensar tanto en la aceptación, pero traté de estar convencido de que lo que estaba haciendo con amor y dedicación a la gente le tenía que gustar, porque yo lo hacía con mucho amor y así fue», ratificó.
Aunque «La Esquina del Sabor» sigue creciendo cada día, Reny aún mantiene objetivos específicos, como, por ejemplo, sacar a toda su familia adelante. Dela misma manera, quiere emplear a más jóvenes, enseñarles e inculcarles la gastronomía hondureña.
«Porque no todos tienen la oportunidad de estudiar y aquí pueden emprender e imitar las cosas buenas. A nadie le voy a decir que va a ser fácil, habrá de todo en el camino, pero cuando estás enfocado, vas a empezar a ver frutos», dijo.
Mensaje a los emprendedores
Por otro lado, para Reny uno de los logros que ha obtenido con el negocio es la estabilidad económica que tiene ahora.
Pero no sólo eso, sino que también agradece las amistades que ha ganado, así como las personas que le han extendido la mano.
Para finalizar, el hondureño envió el siguiente mensaje: «Número uno, no desmayen, número dos, no escuchen voces que traen desaliento, que han fracasado, que no quieren emprender. No es fácil, pero estoy plenamente convencido, cuando se quiere se puede. No se gana de la noche a la mañana».
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