TEGUCIGALPA, HONDURAS. Una estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en Ciudad Universitaria fue asaltada y abusada en un «rapidito» cuando se dirigía a la institución para recibir clases.
El testimonio de la fémina fue revelado por un estudiante de la carrera de Periodismo en la máxima casa de estudios. Él, como amigo personal de la señorita, tomó el relato y lo publicó en su perfil de Facebook. No obstante, por razones obvias y fundamentadas, no se especificó el nombre de la mujer.
¿Por qué decidió el futuro comunicador exponer la historia? Previo a empezar a contar, asegura que le gustaría «correr la voz» para poder prevenir tan condenables acciones en contra de las damas.
El suceso, en base con la información, se registró en una unidad que cubre la ruta Carrizal-La Sosa y el agresor formaría parte de la Mara Salvatrucha (MS-13).
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Narración Íntegra
La publicación alcanzó, de momento, más de mil 800 reacciones y casi dos mil veces fue compartida. 243 comentarios se han registrado, dejando evidenciando repudio.
A continuación, presentamos el relato que posteó el joven hace unos días alrededor de las seis de la tarde. El mismo está escrito en primera persona, desde el punto de visto de la agredida.
«Dijo que me estarían vigilando, que en la universidad habían más tipos como él y que a la próxima que me viera me perseguiría y me mataría».
«Un día normal a eso de la 1 PM me dirigía en un rapidito de Carrizal – Sosa para ir a mi primera clase a la UNAH, los primeros asientos de este rapidito venían llenos, por lo cual me senté atrás de una pareja.
En el Metro Mall se subió un tipo y se sentó a mi par, era de estatura baja, trigueño, vestía una gorra plana, pantalón y camisa chola.
En cuanto se sentó a mi par me dio una mala vibra, pero para entonces ya era muy tarde. Éste tipo ya me había abrazado muy fuerte y me había puesto una navaja a mí costado. Me pidió mi celular y el dinero a lo cual no puse resistencia y entregué todo lo que tenía. ¡Pensé que lo peor ya había pasado y que él se bajaría porque total ya tenía mis pertenencias!
Ese día usaba una camisa manga larga, dijo que descubriera mis brazos y estómago para ver si tenía tatuajes; iba alardeando que pertenecía a la Mara Salvatrucha (MS – 13) y que querían acabar con personas que tenían tatuajes. Le dije que era una persona que asistía a la iglesia y que por favor no me hiciera daño.
Dijo que me bajaría en cierto lugar para hacerme lo que yo ya imaginaba; le supliqué que me dejara tranquila pero empezó a tocar mis partes genitales por debajo de mi pantalón. Sólo escuchaba su voz insultándome diciendo que abriera las piernas, con la otra mano siempre tenía el puñal puesto en mí costado, pensé que esa pesadilla no acabaría, me decía que agachara mi cabeza y qué no viera a nadie.
Se subieron más estudiantes al bus y estoy segura que vieron lo que éste tipo me iba haciendo pero sólo ignoraron la situación. Le rogué que me dejará bajar del bus, a lo cual antes de llegar a la UNAH me dijo que le diera mi carné o mi identidad; por suerte no los llevaba.
Dijo que me estarían vigilando, que en la universidad habían más tipos como él y que a la próxima que me viera me perseguiría y me mataría.
Bajé del bus casi sin poder caminar, mis piernas temblaban del miedo, al subir el puente me acerqué a una chica y le dije si podía irme con ella que acababan de asaltarme; ella muy atenta dijo que sí, le conté lo que me había sucedido y se ofreció a llevarme hasta el edificio al que tenía clases. Me abrazó muy fuerte y le dije gracias por ayudarme.
Muchos antipáticos que supieron lo que me pasó básicamente me juzgaron que era mi culpa por no haberme cambiado de asiento, cuando la agredida había sido yo, la víctima era yo.
Yo sólo iba a estudiar, no vestía corto ni escotado; simplemente fuí una víctima más, ahora no salgo sola, me van a dejar y a traer a la universidad y he tenido que cancelar clases para no salir tan tarde. Todavía siento que me persiguen, le temo a todos los hombres con las mismas características de ese tipo
Mi única culpa ese día fue ser mujer; ha sido tan traumático que cuando un hombre entra a pedir dinero al aula me da un ataque de pánico y lo único que pienso es que vienen por mí, uno de mis compañeros pudo notar mis nervios y trataba de calmarme».
Tras finalizar la reproducción de lo dicho por la mujer, Kevin se planteó algunas interrogantes. «¿Cuántas mujeres a diario reciben acoso? ¿Qué clase de sociedad tenemos y formamos? ¿Todavía hay gente que se burla o culpa a las mujeres por su manera de vistor, ser o protestar?»
Además, el próximo profesional mencionó que él siempre porta un pañuelo verde en su mochila. Este artículo es un indicativo para que cualquier mujer que lo necesite, se aproxime a él por auxilio.
Concluyó su mensaje pidiendo mucha precaución y con un hashtag que deja nada por agregar, ya que es lo único que realmente debe importar: #NIUNAMENOS