Muchos han oído hablar sobre la diabetes tipo 1 y tipo 2, pero ¿existe la diabetes tipo 3? Cada vez son más los científicos que respaldan la teoría de que ese es el nombre más adecuado para lo que conocemos como el Alzheimer.
La teoría se basa en el hecho de que se ha encontrado una relación importante entre el Alzheimer y diversas anomalías de la insulina. La denominación de diabetes tipo 3 no ha sido plenamente aceptada por la comunidad científica y, de momento, no constituye un diagnóstico clínico.
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¿Cuál es la relación entre la diabetes y el Alzheimer?
Los datos disponibles indican que existe una relación entre la diabetes tipo 2 y el Alzheimer. Sin embargo, todavía no es clara la forma en que se produce esa conexión y también hay estudios en los que se niega que exista.
Algunos investigadores piensan que la enfermedad de Alzheimer se desencadena por la resistencia del cerebro a la insulina. De hecho, no son pocos los que no hablan de Alzheimer sino de «diabetes en el cerebro», diabetes tipo 3.
Entre tanto, otros expertos señalan que la diabetes tipo 2 provoca desequilibrios químicos en el cerebro, al tiempo que los niveles elevados de azúcar generan inflamación y pueden dañar sus células.
Los altos niveles de azúcar, a su vez, podrían desencadenar diversos tipos de demencia, incluido el Alzheimer. Así, esta enfermedad no sería un nuevo tipo de diabetes, sino una consecuencia indirecta de la diabetes tipo 2.
Causas de la diabetes tipo 3
En 2016 se llevó a cabo un metaanálisis en el que se examinó a más de 100,000 pacientes que presentaban demencia. También se tomaron en cuenta los datos de otros 14 estudios, que en total aportaban datos sobre 2,3 millones de pacientes.
Las conclusiones de esta investigación señalaron que las personas con diabetes tipo 2 tienen un 60 % de probabilidad de desarrollar algún tipo de demencia. Indican que la relación entre diabetes, demencia vascular y no vascular es sólida, y que afecta más a las mujeres que a los hombres.
Esto vendría a corroborar la hipótesis sobre la diabetes tipo 3. Sin embargo, los investigadores también señalan que se necesitan más estudios para determinar si la relación entre diabetes y demencia es causal o no.
Síntomas
Los síntomas de la diabetes tipo 3 coinciden con las manifestaciones tempranas de la enfermedad de Alzheimer. Dentro de estos, se incluyen los siguientes:
- Pérdida de la memoria, en un grado que llega a afectar la vida cotidiana y las relaciones habituales con las personas del entorno.
- Dificultad para realizar o completar tareas comunes de tipo doméstico o cotidiano.
- Pérdida de objetos con frecuencia.
- Reducción de la capacidad para formular juicios basados en datos conocidos.
- Cambios súbitos en la conducta habitual.
Actualmente, no existe una prueba específica para diagnosticar la diabetes tipo 3, en tanto aún no se le considera una entidad clínica diferenciada. La enfermedad de Alzheimer se detecta mediante pruebas neurológicas, exámenes neurofisiológicos e historia clínica.
Factores de riesgo
No hay datos precisos en torno a los factores que incrementan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 3 como tal. Lo que sí se ha identificado son los factores de riesgo para la diabetes tipo 2 y para el Alzheimer.
Es más probable que desarrollen diabetes tipo 2 las personas que cumplen con los siguientes criterios:
- Tienen antecedentes familiares de diabetes
- Padecen de hipertensión
- Presentan sobrepeso u obesidad
- Tienen síndrome de ovario poliquístico (SOP)
- Sufren de depresión
- Son sedentarias.
Entre tanto, los factores de riesgo en la enfermedad de Alzheimer son los siguientes:
- Edad. Es más probable desarrollar esta enfermedad después de los 65 años
- Enfermedad cardiovascular
- Diabetes tipo 2
- Daño oxidativo
- Antecedentes familiares
- En los casos tempranos, incide una mutación genética.
¿Cómo se puede disminuir el riesgo?
Lo que se puede hacer para disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 3 es controlar la evolución de la diabetes tipo 2. Esto no solo previene la aparición del Alzheimer, sino que también reduce el riesgo de otras complicaciones como las cardiopatías, el accidente cerebrovascular, el daño renal, el daño ocular, etc.
Lo primero es ceñirse de manera estricta a las indicaciones del equipo médico. Este indicará cuál es el plan a seguir para mantener controlados los niveles de glucosa, el colesterol y la presión arterial.
La evidencia científica indica que realizar actividad física de manera regular y tener una dieta balanceada son dos de los factores que más influyen para reducir el riesgo de contraer diabetes tipo 2 y, por consiguiente, diabetes tipo 3.
Información verificada en blog «Mejor con Salud».
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