Tegucigalpa, Honduras.- La corrupción en los gobiernos y la pobreza de los países Latinoamericanos han orillado a miles de personas a salir de sus patrias en busca de mejores condiciones de vida. Este es el caso de los venezolanos que, en su trayecto buscando el sueño americano, llegan a Honduras, estación que se ha convertido en una parada habitual de su viaje. Y como zona del país favorita para lograr su objetivo han utilizado el Centro de Tegucigalpa como un refugio y fuente de dinero.
En una visita al Parque Central, Diario TIEMPO conversó con migrantes procedentes de Venezuela, Colombia y Nicaragua. Muchos de ellos se negaron a dar declaraciones frente a las cámaras por miedo a represalias.
Una de las denuncias que hicieron fuera de cámaras, alegaba que antes de abordar un bus de transporte interurbano, los conductores o sus ayudantes les suelen decir que sólo por ser extranjeros deben pagar el doble en el precio de sus pasajes.
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También hay migrantes procedentes de otros países
Alejandro, un enérgico joven colombiano, relató que dejó la comodidad de su hogar con 15 dólares en su bolsillo, en busca de mejores condiciones económicas en Estados Unidos.
Los 15 dólares fueron suficientes para llegar hasta México. El migrante manifestó que su decisión de abandonar Colombia fue con la ambición de mejorar la economía de su familia.
Al conocer la ruta migratoria desde Honduras hacia EEUU, el joven decidió tomarla. Además, reveló que en su travesía, se dio cuenta de que existe mucha corrupción en las autoridades de los países por los que pasó.
El entrevistado denunció que cuando ingresó al país por Trojes, departamento de El Paraíso, las autoridades le estaban cobrando 20 dólares por un salvoconducto.
Asimismo, el colombiano manifestó que algunos agentes policiales les estaban cobrando una tarifa extra al momento de abordar una unidad de transporte; por este motivo, tomó la decisión de llegar a la capital caminando.
Finalmente, el migrante dijo que las autoridades de Migración únicamente se han acercado a ellos para «corrernos por ese tema del permiso. Dijeron que nos iban a regresar a nuestros países«.
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Hermanos venezolanos tienen tres años de haber migrado
Carlos Luis Portillo, junto a su hermana, «por la crítica situación en Venezuela«, hace tres años partieron hacia Perú, y hace unos tres meses decidieron buscar el sueño americano.
Luis se mostró muy sentido al recordar que dejó a su hija de apenas cuatro años y a su esposa; «todo sea por la familia«, dijo. Por su parte, la hermana del venezolano está en la ruta migratoria en compañía de su hija de 10 años de edad.
Ambos contaron que salieron de Perú con solo 2 mil dólares en sus manos y que, debido a las «exigencias» de grupos delictivos latinoamericanos, el dinero solo les alcanzó para llegar a Honduras.
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Los hermanos venezolanos dijeron que en su paso por Honduras no han sido víctimas de abusos por parte de autoridades hondureñas. Pero también se quejaron de que no han recibido ayuda de los entes gubernamentales.
Actualmente, los venezolanos alquilan una habitación en la capital, que les cuesta alrededor de 80 lempiras la noche. Además, indicaron que para poder pagar sus obligaciones venden dulces en el Centro.
Finalmente, agradecieron «el buen corazón» de la población hondureña, ya que les han extendido la mano con alimentos y dinero en efectivo.
«Hasta el momento no nos han tocado personas malas. Las que se nos han acercado nos ofrecen comida o dinero«, expresó Luis Portillo.
Agregó: «con la ayuda de Dios, vamos para adelante para poder ayudar a nuestras familias que están sufriendo allá en Venezuela«.
Migrantes duermen en el parque Central
El equipo de prensa de Diario TIEMPO recorrió la peatonal del Centro. Allí se encontró con familias enteras de migrantes vendiendo dulces y pidiendo dinero.
Como normalmente sucede, la plaza central estaba abarrotada de transeúntes, y en medio de todos ellos estaban los migrantes, intentando recaudar fondos. Los extranjeros venden los dulces sin un precio, su valor lo dejan «a la conciencia de cada uno«.
Asimismo, uno de los venezolanos manifestó que durante el día salen a distintas parte del Distrito Central en busca de recursos. Durante las noches, los que no tienen dónde dormir utilizan la «Concha Acústica» del Parque Central como posada improvisada.
Sin embargo, los migrantes pidieron a través de este medio que se les brinde una cama para poder descansar en su paso por el país.
La meta de los venezolanos sigue siendo poder llegar al territorio estadounidense, según dijeron.
De acuerdo con los registros de las autoridades, entre enero y octubre del año actual se han registrado el ingreso de unos 44,315 venezolanos. También, señalaron que Trojes y Danlí son las ciudades donde más migrantes se alojan, debido a que se ubican en la zona por donde los migrantes ingresan a Honduras.
