Cómo operaba la red
Conforme a los reportes policiales, la red criminal se encargaba de contactar a las mujeres en honduras mediante sus mismos familiares. Luego realizaban las gestiones de los boletos aéreos para llevarlas de manera ilegal hacia España.
Una vez en la nación europea, la misma banda desarrollaba los trámites de «documentación» a las hondureñas. Posteriormente las trasladaban hasta la provincia de León, sede principal de grupo delincuencial.
La estadía de estas mujeres no era «nada agradable», ya que las instalan en hogares con «malas condiciones sanitarias». Las cuales no tenían aire acondicionado ni agua caliente. Ellas debían de pagar con trabajo todo el dinero que la organización invirtió en su viaje.
Estas féminas, no recibían un «buen trato», ni un salario digno. No tenían derechos laborales como la Seguridad Social. Asimismo, debían estar disponibles las 24 horas del día y tenían prohibido comentar algo sobre su situación.
En el caso de que llegarán a necesitar atención médica, ellas mismas debían de pagarlo con su dinero. Cabe mencionar que las personas que contrataban a estas mujeres hondureñas, pagaban grandes cantidades de dinero por sus servicios. Pero poco llegaba a sus manos.