TEGUCIGALPA, HONDURAS. Luego de la firma de un tratado por la soberanía del Golfo de Fonseca, entre los mandatarios de Honduras, Juan Orlando Hernández, y el de Nicaragua, Daniel Ortega, se han generado una serie de opiniones y teorías al respecto.
En tal sentido, el analista y abogado hondureño, Raúl Pineda, es del criterio que hay que saber diferenciar los acercamientos y el tratado. De igual manera, recordó que Honduras y Nicaragua no han tenido problemas en los últimos años.
Raúl Pineda dijo a DIARIO TIEMPO que «aquí lo que hay que diferenciar es que los acercamientos son entre Daniel Ortega y Juan Orlando Hernández. Los pueblos de Honduras y Nicaragua nunca han estado separados, siempre desde la década de los 50 no se ha tenido algún conflicto de gravedad».
La firma del tratado es de una sentencia internacional
Asimismo, Pineda recalcó que el hecho es que las acciones que se expresan en la facilitación de las vacunas. Sin embargo, la firma de un tratado que no es más que el reconocimiento de una sentencia de un tribunal internacional y que es de obligatorio cumplimiento, es positivo.
Pero, también se convierten en políticamente convenientes y fundamentalmente son convenientes para el presidente Hernández, destacó el analista.
«Creo que el comportamiento al no votar en la última elección en donde se solicitaba a Ortega la liberación de los presos políticos de Nicaragua evidenció claramente la intención del presidente Hernández como rector de la política internacional de promover una suerte de entendimiento con Ortega con propósitos a futuro que todavía no se pueden definir», resaltó Pineda.
«Al final son positivas, pero a la vez le generan un provecho político al mandatario hondureño, es algo indudable», agregó el analista.
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¿Soberanía del Golfo de Fonseca?
En el tema del Golfo de Fonseca, el analista recalcó que diferentes organismos de integración han manifestado su intención de mantener una fuente de mancomunidad en la explotación de los recursos de esa zona.
«Hay cantidad de proyectos orientados a que el Golfo de Fonseca sea explotado de manera común y preferentemente por una empresa trinacional donde funcione el modelo de integración económica».
Pero, al mismo tiempo resaltó que no se puede desconocer el hecho de que Nicaragua en algún momento propuso el funcionamiento de un ferri entre Managua y El Salvador para cerrar la bocana y es un avance.
La firma no es tan grande como la quiere mostrar el gobierno
Sin embargo, esta acción no es tan grande como el gobierno de Honduras la quiere dejar ver. «No creo que sea un avance tan grande porque es teóricamente una sentencia de un tribunal internacional y es de obligatorio cumplimiento y si no se cumple se puede acudir a instancias internacionales», agregó el analista.
Pineda aseguró que no se puede ser tan mezquino y reconocer que ha sido un avance y que es positivo. La acción orilla a El Salvador a tomar una decisión sobre el tema, pero ya con ese país la situación es un poco más compleja.
«Lo fundamental de esto es que el acuerdo llegó como anillo al dedo ante la situación política interna de Honduras, donde el presidente Hernández ocupa sacarle un poco de brillo a la armadura con base a su estilo futuro y a las próximas elecciones», mencionó.
Podría ser una estrategia de Hernández
Tras este acercamiento entre los mandatarios y la firma del convenio, se han generado muchas teorías de que podría ser una estrategia del mandatario hondureño para resguardarse en Nicaragua en caso de tener problemas en estos meses.
En tal sentido, Pineda dijo que «todo lo que se diga al respecto van a ser especulaciones. El hecho real es que Nicaragua se ha convertido en un santuario de exmandatarios, como el caso de Mauricio Fúnez, Salvador Sánchez Cerén, y hasta narcotraficantes como Pablo Escobar«.
«Estuvieron en Nicaragua un año y al parecer agobiados por las exigencias económicas del gobierno tuvieron que trasladarse a Panamá», recordó.
«Pero para dar el criterio serio de este tema hay que esperar los acontecimientos. Como posibilidad existe, de hecho todo es posible, pero que Nicaragua es un refugio para presidentes perseguidos, es un hecho», concluyó Pineda.
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